| 009 "Error"

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Amai Willow.

Una extraña sensación de dolor y pesadez invadió mi cuerpo, sacándome bruscamente del sueño. Me sentí como si un camión hubiera pasado sobre mí, dejándome magullada y dolorida. Mi cabeza latía con un dolor sordo, y mis músculos estaban tensos y dolorido.

La luz del día se filtraba a través de la cortina. Me dolía abrir los ojos, pero la curiosidad me obligó a hacerlo. La habitación estaba en silencio, excepto por el sonido lejano de la ciudad despertando.

Intenté moverme, pero un dolor agudo me recorrió el cuerpo. Me sentí como si hubiera sido golpeada por una fuerza invisible.

Con esfuerzo, logré sentarme en la cama y mirar alrededor. La habitación estaba desordenada, y había ropa tirada por el suelo. Mi corazón comenzó a latir más rápido al darme cuenta de que algo no estaba bien.

¿Qué había pasado?

Recuerdos de la noche anterior invadieron mi mente, la desastrosa velada que le hice pasar a mi hermana, su hermoso vestido blanco manchado por culpa de mi torpeza, los gritos de mi madre llenos de vergüenza y decepción, aún resonando en mis oídos.

Otro recuerdo inundó mi mente, y un escalofrío de arrepentimiento me recorrió la espalda. Al observar a mi lado a Sukuna durmiendo, su pecho subiendo y bajando con cada respiración, comprobé todo. La realidad me golpeó con fuerza: había tenido relaciones sexuales con él.

La memoria de la noche anterior se hizo más vívida, y pude sentir el peso de mis acciones. La pasión y el deseo habían consumido mi juicio, y ahora me quedaba enfrentar las consecuencias. Me sentí vulnerable y expuesta, como si hubiera perdido un pedazo de mí misma.

Mi mirada se posó en Sukuna, su rostro relajado y sereno. ¿Qué pensaría él de lo que habíamos hecho? ¿Se arrepentiría también? La duda me hizo sentir ansiosa, y mi corazón comenzó a latir más rápido.

¿Qué hice? ¿Por qué lo hice?

Entonces me di cuenta, con una claridad cruel, que mi madre siempre había tenido razón. Fui un fracaso. No supe llevar las situacion y actué sin pensar. La verdad me había golpeado como un puñetazo en el estómago, dejándome sin aliento.

Soy una maldita decepción. La frase se repitió en mi mente como un eco, resonando con cada lágrima que caía por mi mejilla. No podía contenerlas, no podía contener el dolor y la vergüenza que me consumían.

Mamá tenia razón.

Sin hacer ruido, traté de levantarme, ignorando el dolor agudo que me taladraba la parte baja. Empecé a buscar con desesperación mi ropa, dispersa por el suelo como los pedazos de mi dignidad.

Mi mirada se posó en Sukuna, aún durmiendo, ajeno a mi tormento.

Me vestí con manos temblorosas, tratando de recomponerme, de encontrar algún resto de mi autoestima. Pero era demasiado tarde. La voz de mi madre resonaba en mi mente, recordándome todas las veces que me había advertido, todas las veces que me había dicho que no los decepcione.

"No nos avergüences"

"Compórtate Willow"

"Iris no haría eso"

"Eres una contaste decepción"

"¿Tanto te cuesta hacer algo bien?"

No dejo de decepcionar a la gente de mi alrededor.

Mi madre tiene razón, siempre la tuvo. No soy más que una fracasada, una buena para nada. Me abracé a mi misma, intentando encontrar algún consuelo en el gesto, pero solo sentí vacío.

Desafiando El Orden | Ryomen Sukuna ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora