Capítulo seis: Un nuevo descubrimiento.

3 0 0
                                    

Bruno me acompañó hasta la puerta del apartamento, intenté que se diera la vuelta unas cuantas veces, pero no hubo manera de que me dejara sola. El miedo seguía infundado en mi cuerpo y no me sentí segura cuando quiso entrar conmigo a casa. Por suerte Emily ya había llegado y me quedé más tranquila con ella en la habitación de enfrente. No cerré la puerta de mi cuarto para sentirme menos acorralada, entré al baño y me intenté limpiar la sangre seca de los brazos.

-Con cuidado – se acercó Bruno y me quitó la esponja de la mano, con dulzura empezó a restregarla sobre mi piel –. No te mojes las heridas hasta que hayan pasado un par de días, tiene que cicatrizar bien o se te abrirán los puntos – abrió el grifo y escurrió la esponja.

-Ya puedo yo sola – le aparté y me dolieron las manos, no entendía por qué se preocupaba tanto por mí –. Se está haciendo tarde, será mejor que te vayas – me dirigí hacia la salida, pero Bruno me detuvo pegándome contra la pared –. ¡Qué haces!

-Me iré cuando estés metida en la cama... – acercó su mano a mi cuello y acarició el hueco de mi clavícula, retiré la barbilla asustada –. No tengas miedo – su cara estaba contraída como si estuviera conteniendo las ganas de hacer algo.

-No sé por qué te empeñas en ayudarme, pero no quiero que te acerques a mí – me alejé de su lado y caminé hacia la ventana –. Si vuelves a golpear a alguien que me importa no dudaré en denunciarte a la policía. Dejaré pasar por hoy tus comportamientos, pero te aseguro que no habrá una segunda vez. Vete de mi casa.

-Ese chico... Tomas. No debes meterte en la relación de una pareja, si su ama se entera de que... – se sentó en la cama y dio golpecitos sobre la superficie para que le acompañara, le hice caso.

-A ti qué más te da lo que haga con mi vida – Bruno abrió las piernas y su rodilla rozó la mía, no me aparté –. Somos amigos, nada más. Además, dentro de unos días su contrato termina y ya no tendrá que darle explicaciones a nadie, podrá ser cliente si él quiere.

-¿Cliente? – soltó una carcajada –. No tiene la madurez suficiente para ejercer de ello, al igual que tampoco tiene pinta de poder mantener a su pareja, ni de concederle a su invitada todos los caprichos que desee – se dio cuenta de que mis manos temblaban, me apartó la coleta del hombro con sensualidad y se atrevió a colocarme el tirante de la blusa.

-Vete – algo en mi interior había cambiado, ya no estaba tan asustada, pero no quería aceptar el hecho de que me pudiera sentir atraída por un sociópata –. Él sabe lo que hace, no deberías subestimarle.

Apretó la mandíbula y sin apartar la mirada de mis manos camino hacia la salida. Antes de abrirla comprobó que Emily no estuviera escuchando y giró la cabeza para decirme una última cosa.

-La vida de un invitado no es tan fácil como parece, si piensas que podrías llegar a ser una estás muy equivocada – abrió la puerta con sutileza –. Ni se te ocurra... No permitiré que seas una de ellas, si me entero de que...

-No piensos seguir escuchando tus tonterías, estás fatal de la cabeza – riéndome cerré la puerta de mi cuarto, le corté a media frase sin interesarme por lo que decía.

Bruno se fue y Emily entró corriendo a mi habitación, se tumbó en la cama de un salto y esperó a que le contara lo que había ocurrido. No me entretuve mucho, le dije la verdad de lo sucedido y se quedó mirando su reflejo en el espejo del techo.

-Shit – soltó de repente con los ojos como platos, respiraba con nerviosismo –. Bruno se ha fijado en ti y aunque nunca ha dado problemas en la sociedad... Ha tenido pocas parejas Mía, y todas ellas pidieron la cancelación del contrato a los pocos meses.

-¿Eso se puede a hacer? – me interesó más el tema del contrato que la información que me acababa de dar sobre Bruno.

-En casos excepcionales sí – cogió los papeles que había dejado en la mesilla y pasó las páginas hasta llegar a la última, esa no la había leído –. El único sobre que no se puede revertir es el rojo, pero los demás son flexibles – comenzó a leer –. "Si la pareja sufre algún daño tras la práctica de alguna fantasía que no estaba acordada previamente en el contrato, podrá solicitar la anulación de la firma..."

El sobre negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora