El bullicio vibrante de Río de Janeiro lo envolvía todo. Las calles rebosaban vida: música, risas, el ritmo palpitante de la samba, y el olor tentador de la comida callejera. Pero para Cupido, aquella vibrante atmósfera era un recordatorio molesto de lo mucho que odiaba estar allí, especialmente en compañía de él. Miraba a Sanderson de reojo, quien, imperturbable, caminaba unos cuantos pasos al frente de él. Siempre tan elegante, tan correcto. Tan irritante... Incluso fingiendo ser humanos, el pixie no perdía su porte, y claro, el querubín no se quedaba atrás.
—¿Nos vas a decir cuál es la pista o piensas seguir jugando a ser el "pixie misterioso"? —espetó el ángel, su voz cargada de sarcasmo.
Sanderson, sin apartar la vista del entorno, sonrió con la misma calma de siempre.
—Es simbólico —respondió sin más explicaciones, lo que solo hizo que la vena en la frente de Cupido palpitara más.
—Claro que lo es, siempre es simbólico contigo. ¿Qué sigue, una lluvia de pétalos o bailar hasta desfallecer? —se quejó el ángel rosado, agitando las manos de manera dramática mientras seguían caminando.
Finalmente, llegaron a una pequeña tienda de bombones. En el escaparate había bombones en forma de flechas, coronados con lazos rojos. Cupido hizo una pausa, entrecerrando los ojos al ver la obvia referencia.
—¿De verdad? —dijo, mirando al pixie con una mezcla de incredulidad y desagrado—. ¿Bombones? ¿Flechas? ¿Es en serio?
Sanderson asintió, como si aquello fuera la cosa más natural del mundo.
—Es un símbolo, Cupido. Aquí es donde vinimos en nuestro primer viaje juntos.
El casi calvo querubín soltó una risa amarga y forzada.
—No estamos aquí para recordar lo que pasó entre nosotros. Estamos aquí para encontrar a los niños.
Sin embargo, por más que lo negase, no pudo evitar que un leve temblor recorriera su columna. Los recuerdos de aquel viaje a Río lo interrumpieron, pero los apartó rápidamente. Ahora no era momento para sentimentalismos.
Dentro de la tienda, recogieron la siguiente pista: un simple recorte de papel en forma de corazón, con un mensaje críptico en su interior: "La samba es más disfrutable, si en dúo se acompaña".
Cupido frunció el ceño, apretando el papel entre los dedos mientras Sanderson lo observaba con su implacable serenidad.
—Este secuestrador tiene un sentido del humor pésimo... —murmuró Cupido, guardando el recorte en su traje.
Sanderson, por su parte, se limitó a asentir.
—Eso, o está haciendo que algo más profundo salga a la luz.
Cupido lo fulminó con la mirada, pero prefirió no responder. Sabía exactamente a qué se refería, pero no estaba dispuesto a darle el gusto.
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░[ PIXIE LOVE]░ ➼ ➼ Cuando Cupido Dispara Dos Veces ♥ ░░
Fanfiction"Cuando el impredecible Cupido y el metódico Sanderson son forzados a colaborar en una serie de pruebas imposibles, ambos descubren que la tensión entre ellos va mucho más allá de su rivalidad sentimental. Lo que comienza como una simple misión por...