Os publico el capítulo uno antes de la fecha estimada porque este fin de semana me han surgido algunas cositas.
Espero que disfrutéis la lectura.Aarón Cassano.
Londres, Gran Bretaña.La puerta corredera se abre a mi paso, interrumpiendo las discusiones que se estaban llevando a cabo sobre mí. Hoy me evalúan por mi ausencia y puede que algún que otro incidente con mis superiores. Estoy tan de mal humor que no puedo ni fingir indiferencia y saludar a los que se supone, son mis compañeros.
Levanto la mirada y enfrente mía, sentado con sus medallas y el pelo peinado hacia atrás, está Ryan, quien me dedica una mirada curiosa, corta y fugaz. Quiero asfixiarlo.
Ella no ha desaparecido de entre mis pensamientos. La sigo llevando conmigo día sí y día también. Y es lamentable que no hubiese dado la cara el mismo dia de mi funeral para no llegar al extremo de hacerla subir a un avión y exiliarse para poder verme una última vez. Ella lo único que quería era cerciorarse de que estaba vivo y acabó muerta.
—Cassano —dice una voz a mi derecha, sacándome de mi ensimismamiento. Giro la cabeza y veo al mariscal, quien preside la reunión con una expresión de seriedad. Nuestro último encuentro no fue especialmente bien.—. ¿Tienes algo que decir en tu defensa?
Me cruzo de brazos, sintiendo cómo mi mandíbula se tensa. ¿Defensa? ¿Defenderme de qué? De no haber encontrado su cuerpo, de haberme desmoronado poco a poco... No les debo explicaciones. Y a la única que le debo cambiar mi vida por la suya, no me dejo hacerlo.
—No —respondo con frialdad, mirando directamente a Ryan.
Ryan me sostiene la mirada esta vez, desafiante. Él fue quien la mandó al exilio. Él fue quien la condenó. Y aquí estamos ahora, en esta absurda reunión, como si algo de esto importara realmente. Mis emociones son un desastre, pero no las mostraré aquí, no ante ellos, y menos ante él.
—Hay un problema que debemos discutir —indica, rompiendo el silencio que se ha instalado tras mi rotunda negación—. Tu comportamiento, Cassano, ha sido errático, y hay quienes piensan que deberías ser sancionado por tu falta de disciplina. Has estado ausente en varias operaciones y no has informado de tu paradero en semanas. Esto viene pasando desde hace seis meses o más. Dejaste el comando para seguir a Areloux.
Sus palabras son cortantes, pero no me sorprenden. Todo lo que ha dicho es cierto. He estado en un agujero oscuro desde que la perdí, y no he encontrado la forma de salir de él.
—Hemos considerado tu situación —continúa llevándose el asentimiento de toda la mesa—. Pero también hemos decidido que podemos ofrecerte una oportunidad. Una forma de redimirte si es que así lo deseas.
Me mantengo en silencio, esperando que termine de hablar. La tensión en la sala es palpable, y puedo sentir las miradas de todos los presentes fijas en mí, esperando mi reacción.
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Una Alianza Prohibida II (Bilogía Alianzas) ©
RomansaSumido en la oscuridad, Aarón ha caído en un pozo del que parece no haber retorno. La lucha por resistir a la brutalidad que implica ser el nuevo Boss lo consume, pero el peso del poder finalmente lo arrastra. Tras innumerables búsquedas fallidas de...