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Cαpi†uﾚo 7: pεﾚεα dε ßruյαs

El ambiente en el comedor estaba tenso, y yo solo observaba desde un rincón mientras las hermanas Saltzman discutían. Lizzie parecía al borde de las lágrimas, pero mantenía su postura firme. Josie, por otro lado, tenía esa mirada arrogante que me sacaba de mis casillas. Sabía que todo esto era una estrategia para molestarme, para hacer que reaccionara y me metiera en la pelea. Y si quería guerra, la tendría

Me acerqué a la mesa con una sonrisa tranquila, aunque por dentro, las llamas de la rabia empezaban a encenderse.

—Todo bien, chicas? —pregunté con un tono de voz que, para cualquiera que no me conociera, podría sonar amable, pero ambas sabían

Josie rodó los ojos, evidentemente irritada por mi presencia.

—Esto no te concierne, Hope —dijo, sin siquiera mirarme directamente

Sentí una punzada en el pecho, pero no era tristeza, sino el fuego del desprecio. No solo por lo que me había dicho, sino porque sabía que estaba intentando causar una brecha entre Lizzie y yo. Había algo tan hipócrita en su actitud que no podía

Lizzie me miró, buscando en mí una señal de apoyo. Habíamos estado pasando mucho tiempo juntas últimamente, y nuestra amistad era algo que Josie nunca había logrado aceptar del todo. Sabía que Lizzie era importante para mí, y eso la hacía sentir amenazada.

—Si lo que intentas es alejarme de Lizzie, estás perdiendo tu tiempo —le dije a Josie con firmeza, cruzando los brazos mientras me mantenía calmada. No iba a darle el placer de ver que me afectaba.

—Alejarte? —Josie soltó una risa sarcástica—. No necesito hacer nada, Hope. Ella misma se dará cuenta de quién eres en realidad.

Las palabras de Josie no me afectaban en lo más mínimo. No porque no tuvieran poder, sino porque sabía que lo único que le quedaba eran sus manipulaciones. Ya la había derrotado antes, y lo haría otra vez.

Lizzie, finalmente, intervino.

—¡Basta, Josie! —exclamó, con los ojos brillando de furia y frustración—. No sé por qué sigues haciendo esto. Hope es mi amiga y... no voy a dejar que sigas intentando arruinar lo que tenemos.

Las palabras de Lizzie parecieron impactar más a Josie que cualquier cosa que yo hubiera podido decir. Por un breve momento, vi una chispa de vulnerabilidad en sus ojos, pero como siempre, la ocultó tras una fachada de desprecio.

—Ya veremos cuánto dura eso —murmuró Josie antes de darse cuenta de la vuelta y marcharse del comedor sin mirar atrás.

El silencio que quedó en la sala fue abrumador, pero yo sentí una extraña satisfacción. Había ganado esta batalla, aunque sabía que la guerra con Josie ciertamente estaba por comenzar.

Lizzie soltó un suspiro y me miró con una expresión de disculpa.

—Lo siento —dijo en voz baja—. No sé por qué siempre tiene que ser así

Le di una sonrisa tranquilizadora y puse una mano sobre su hombro.

—No te preocupes. Josie siempre ha sido así, pero no vamos a dejar que nos afecte, ¿verdad? —Le guiñé un ojo, y ella se acercó, devolviéndome una débil sonrisa.

Sin embargo, algo me decía que este no era el final. Algo en el ambiente se sentía cargado, y no solo por la tensión con Josie. Como si hubiera algo más acechando en las sombras, algo que aún no podía identificar, pero que seguramente pronto saldría a la luz.

Y ahí estaba esa sensación de nuevo, esa extraña sensación de que alguien me estaba observando. Damon había estado comportándose de manera extraña desde lo que había ocurrido en la cabaña. Siempre lo sentí cerca, pero cuando me giraba, no había nadie.