Cαριƚυʅσ 9: ʅα ԃҽƈιʂισɳ ԃҽ Hσρҽ

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Al día siguiente, mientras caminaba hacia la clase de Damon, las palabras que le había dicho la noche anterior resonaban en su mente, envolviéndola en una mezcla de sentimientos encontrados. "Eres mía." La frase le calaba profundo, llenándola de una inquietud que apenas lograba ocultar bajo una fachada de calma.

Cada paso que daba hacia el aula parecía aumentar el peso en su pecho. Damon había dicho aquellas palabras con una certeza tan abrumadora que casi la había convencido. Pero cuando estuvo sola, cuando tuvo tiempo de pensar, todo cobró un nuevo matiz. ¿Hasta qué punto el amor se convertía en posesión? ¿Hasta qué punto alguien podía amar sin limitar el vuelo del otro? Pensar en cómo Damon estaba dispuesto a todo para "protegerla" de Landon la hacía sentir atrapada, como si su vida, sus decisiones, y hasta sus sentimientos estuvieran bajo su control.

Al entrar al aula, sintió la mirada de Damon sobre ella. El ambiente se volvió denso, cargado de tensión no expresada, de preguntas sin respuesta. Apenas intercambiaron una mirada, y Hope notó en sus ojos esa mezcla de preocupación y posesividad que la hacía dudar. Se sentó, intentando enfocarse en otra cosa, pero sus pensamientos seguían regresando a él y a sus palabras.

Con la mirada fija en su cuaderno, comenzó a dibujar, tratando de liberar sus emociones en trazos que hablaban más de su angustia de lo que ella misma admitía. Sabía que tendría que tomar una decisión: seguir el camino que Damon trazaba para ella o luchar por su independencia, aunque eso significara desafiarlo. Al fin y al cabo, su vida no podía estar definida por el miedo o por las expectativas de nadie más, ni siquiera de Damon.

Mientras fingía escuchar la lección, un sentimiento crecía en ella: la certeza de que, pase lo que pase, jamás sería de nadie. No de la forma en que él esperaba.

La voz de Damon resonó en el aula, cortante y directa, sacándome de mis pensamientos.

—Hope, ¿puedes decirme cuál es el tema que estamos tratando hoy? —preguntó, sus ojos fijos en los míos, un atisbo de advertencia en su mirada.

Sentí un leve calor en las mejillas. Sabía que no había prestado atención a una sola palabra de lo que había dicho, y en el silencio expectante de la clase, cada segundo parecía alargarse. Empecé a abrir la boca para responder, aunque no tenía idea de qué decir, cuando la voz de Josie rompió el silencio, cargada de un tono sarcástico.

—Oh, déjala, Damon —dijo Josie, su voz apenas contenía una risita—. Está claro que Hope tiene cosas más importantes en qué pensar que la clase. Supongo que Landon ocupa todo su tiempo libre... y no tan libre.

Unas risas suaves recorrieron el aula, y pude sentir las miradas clavándose en mí. Aunque intenté mantener la calma, cada comentario de Josie me empujaba al borde. Todo esto ya era bastante difícil sin que ella interviniera en cada oportunidad. Apreté los puños, tratando de controlar mi ira, y me giré hacia ella, mirándola con intensidad.

—¿Quieres añadir algo, Josie? —pregunté, intentando mantener la voz tranquila aunque mi tono traicionaba mi molestia—. Porque tal vez deberías concentrarte en la clase en vez de en mi vida personal.

Damon nos miró a ambas, claramente exasperado. Pero en lugar de apaciguar a Josie, se giró hacia mí con una expresión seria.

—Hope, necesito tu atención aquí y ahora —dijo, su voz firme—. No quiero distracciones ni excusas.

Su tono, autoritario y con ese trasfondo de control que ya me resultaba conocido, no ayudaba a calmar mi ánimo. Apenas asentí, tratando de enfocar mi atención en él, aunque todavía sentía las miradas y los comentarios de Josie como un zumbido molesto. Pero no importaba, pensé para mis adentros; estaba aquí para algo más grande que las provocaciones de Josie o las advertencias de Damon. Iba a encontrar mi camino, con o sin ellos.

ᑌᑎ ᗩᗰOᖇ ᑭᖇOᕼIᗷIᗪODonde viven las historias. Descúbrelo ahora