SÓLO CONTIGO (Juantin)

10. Fiesta de celebración

Juanjo siguió la música y el jolgorio hasta el jardín principal, donde la fiesta de celebración por la victoria, organizada por Chiara, estaba en pleno apogeo.

Después del partido, Juanjo se había duchado y cambiado de ropa para asistir al evento. Se ajustó la chaqueta de su traje impecable, decorado con una rosa azul en el ojal, y se aseguró el collar de jade en su muñeca. Aunque no era fan de llevar accesorios, no quería quitarse el regalo de Martin por nada del mundo, le había traído suerte y era especial para él.

El sol ya comenzaba a descender, bañando el jardín en una cálida luz dorada que realzaba las flores y las luces delicadamente dispuestas entre los árboles.

Mientras Juanjo descendía por las escaleras, la multitud lo reconoció de inmediato, acercándose para felicitarlo por su impresionante victoria en el partido de polo.

Con su habitual gracia y cortesía, Juanjo atendió a cada uno, pero sus ojos buscaban discretamente entre la multitud a una persona en concreto. A pesar de las felicitaciones, solo tenía en mente a Martin, a quién no había visto todavía en la fiesta.

¡JJ!- gritó Chiara desde el centro del jardín, rodeada por su grupo de amigos.

Buenas tardes- respondió Juanjo con una sonrisa, aunque aún escaneaba el lugar con la mirada.

Por fin aparece el príncipe de oro. Siempre dejando lo mejor para el final, ¿eh?- bromeó Lucas, acercándose a abrazarlo.

¿Podrías hacer el próximo partido menos épico? Casi me da un infarto- añadió Álvaro, riendo.

Dejarlo en paz chicos, ya ha soportado suficiente presión estas semanas- intervino Denna, mientras Alex la abrazaba por detrás con cariño.

Y me temo que mi padre tiene la culpa de eso. Lo siento, JJ- se disculpó Chiara, abrazándose al otro costado de Juanjo.

Juanjo le besó la frente con suavidad, encogiéndose de hombros sin querer darle mayor importancia. No le gustaba preocupar a sus amigos con sus problemas.

¿Chupitos?- sugirió Álvaro, levantando el ánimo del grupo.

Con una sonrisa agradecida, Juanjo aceptó la propuesta, y pronto el grupo brindaba en honor a la victoria.

En ese momento, la voz de Violeta resonó desde el escenario, agradeciendo los aplausos tras su actuación junto a Bea.

¡Y una felicitación especial para nuestro equipo favorito de polo! ¡Enhorabuena por ganar!- exclamó, provocando los vítores del grupo entero.

Y no soy la única que quiere felicitaros. Nuestros nuevos compañeros de la isla han preparado algo especial para vosotros. ¡Espero que lo disfrutéis!- anunció Violeta, dejando el escenario libre.

Entonces, Paul, Nai, Ruslana y Martin subieron a la tarima, todos vestidos con trajes de cuero negro y cadenas, lo que provocó un cambio inmediato en la atmósfera.

Juanjo, que seguía preguntándose dónde estaba Martin, sintió que el aliento se le escapaba al verlo allí, bajo las luces, transformado en una figura casi irreal.

¡Vamos a acelerar un poco la fiesta!- gritó Nai, justo cuando Paul inició la música en la mesa de DJ.

El ritmo envolvente y movido llenó el jardín, pero a Juanjo apenas le importaba. Aunque la voz de Nai era impresionante, sus ojos estaban completamente enfocados en Martin, que bailaba con una elegancia y precisión que lo dejaron atónito. Cada movimiento que realizaba era sublime y se encontraba en perfecta sincronía con Ruslana. Martin parecía estar en su elemento, moviéndose como si hubiera nacido para bailar.