13. Solo quiero estar contigo

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Martin giró la cabeza rápidamente para mirarlo, abriendo los ojos de par en par. De todas las cosas que podía haberse imaginado, no esperaba que Juanjo soltara aquella pregunta.

¿Qué?- cuestionó perplejo.

Que si alguna vez te has enamorado- repitió Juanjo, esforzándose por controlar el temblor de su voz mientras seguía sentado, dándole la espalda y jugueteando con la piedra de jade que colgaba de su muñeca.

Martin lo contempló desde el suelo en silencio, deseando ver su rostro.

Cuando tenía 15 años, había un chico que me gustaba mucho. Era muy guapo, y no podía dejar de pensar en él. Empezamos a salir, pero en menos de una semana dejó de hablarme. Me presenté en su casa un día de lluvia para pedirle explicaciones y acabé empapado hasta los huesos. Al día siguiente me mandó un mensaje cruel, diciéndome que todo había sido un juego... - contó finalmente, sincero, pero con un toque de amargura en la voz.

Vaya gilipollas- soltó Juanjo, incapaz de contener el enfado. Le dolía el imaginar que alguien pudiera tratar tan mal a Martin, cuando sabía lo buena persona que era.

Sí, un poco. Aunque ahora sé que no estaba enamorado de él, ni de lejos- expresó Martin con una sonrisa leve, casi triste. Estaba convencido de que lo que había sentido por ese chico no se podía comparar con lo que sentía por Juanjo.

¿Cómo lo sabes? Te gustaba, ¿no?- comentó Juanjo, aún inmerso en sus propios pensamientos.

Sí, pero eso no significa que estuviera enamorado- señaló Martin. Jamás había estado enamorado. Jamás había sentido algo parecido a lo de ahora. Lo que sentía por Juanjo era algo completamente diferente, más profundo y real.

Juanjo guardó silencio por un momento, intentando procesar lo que escuchaba, y finalmente lanzó la pregunta que más le rondaba en la cabeza:

¿Y qué significa estar enamorado?- preguntó, con una mezcla de curiosidad y desesperación. Porque, al final, esa era la pregunta que no lo dejaba en paz.

Martin lo observó, dándose cuenta de que esa era la clave de todo. Juanjo estaba tan perdido como él lo había estado alguna vez, y no sabía cómo ponerle nombre a lo que sentía.

Creo que es como sentir mariposas en el estómago, no puedes dejar de pensar en esa persona ni un segundo, le echas de menos todo el tiempo, te sientes en paz cada vez que está contigo, sientes que saca lo mejor de ti incluso cuando no está a tu lado, como si fueras invencible... - Martin se detuvo, sintiendo que sus propias palabras lo estaban delatando.

Juanjo, ¿a qué vienen todas estas preguntas?- inquirió seguidamente, incorporándose para encararlo directamente. Necesitaba que Juanjo fuera claro, que le dijera lo que de verdad estaba pasando por su cabeza.

Juanjo se removió incómodo, mordiéndose el labio antes de hablar. Sentía que estaba a punto de saltar al vacío.

Nunca me ha gustado nadie, ni siquiera sé lo que es estar enamorado. Y puedes pensar que soy un mentiroso porque, supuestamente, Chiara es mi "novia". Pero creo que, si me conoces un poco, sabes que todo eso son apariencias, no la realidad- confesó, sin levantar la vista del suelo. Las palabras salían atropelladas, como si las hubiera tenido guardadas demasiado tiempo.

Martin asintió con la cabeza, dándole permiso para continuar. Veía lo nervioso que estaba y no quería interrumpirlo. Era evidente que Juanjo estaba luchando con algo mucho más grande que él mismo.

Quiero a Chiara, es como mi hermana pequeña, pero no entiendo cómo la profecía me empareja con ella si no la considero mi amada. Ni siquiera sé si me gustan solo las chicas, o si... - dijo Juanjo, que se calló de golpe, pasándose las manos por el pelo con frustración antes de continuar.

SÓLO CONTIGO (Juantin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora