Capítulo 6

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Eir estaba completamente con la mente en blanco, el dolor de saber que su hermana menor había muerto, era demasiado para ella, al igual como el que la abuela de las niñas, la madre de su cuñado renunciara a cuidarlas, diciéndole que estaba vieja y cansada como para cuidar de dos criaturas, una de cinco años y una de cuatro meses, la cual iba a necesitar cuidados especiales durante unos meses.

Eir amaba a sus sobrinas, pero ella nunca había deseado ser madre, le bastaba con ser tía y darles su amor a sus sobrinas por ratos, estar con ellas por solo algunas horas, estar con ellas del diario y por años era algo muy diferente. La cardióloga sabía que su vida cambiaría completamente, que se llenaría de nuevas responsabilidades, de las cuales ella nunca había estado dispuesta a hacerse cargo. Pero ahora la vida, el destino y la pérdida de su hermana la obligaban a cuidar de esas niñas.

Para Eir no estaba siendo el mejor momento de su vida, primero el engaño de Cadence y ahora la muerte de su hermana. Eir se sentía, fatal, había perdido el apetito completamente y solo hacía llorar y cuando no lloraba pensaba, pensaba en la manera en que iba a cuidar a sus sobrinas, en la manera en que le iba a decir a Sofía que su padre y su madre ya no estaban, que habían muerto.

Fue una noche larga y una mañana espantosa para Eir, sobre todo que hacía algunas horas, tuvo que pasar a reconocer el cuerpo de su hermana y cuñado para que le fuesen entregados para darle cristiana sepultura. Ahora, a la luz del día, Sofía ya había despertado, tras el accidente a pesar de que no le había pasado nada grave, había sufrido una leve contusión, por lo cual también tuvo que ser ingresada a observación y Eir sabía que Sofía la necesitaría cuando abriera los ojos y cuando su sobrina lo hizo, ella estaba allí.

Lo primero que hizo Sofía fue preguntar por su mamá, luego por papá y por ultimó por su hermana menor, Eir tuvo que hacerse la dura y contener las lágrimas, para explicarle a su sobrina de la manera menos cruel si se podía, decirle que sus padres ya no estaban con ella. Eir sabía que Sofía no era tonta, pero aún seguía siendo una niña inocente a pesar del mundo y de los peligros que la rodeaban y ella, ahora tendría que velar por que aquello continuara siendo igual hasta que fuera una adulta.   

― ¿A dónde han ido? ― quiso saber.

―Al cielo.

― ¿Y porque no nos llevaron con ellos? ― inquirió Sofía con sus ojos llenos de lágrimas y a Eir también se le llenaron.

―Porque ahí solo van ciertas personas, las que son buenas y se portan bien ― dijo Eir abrazándola.

―Pero yo quiero ir con ellos ― sollozo.

―Cuando seas más grande podrás ir, por ahora tú debes de ayudarme a cuidar de tu hermanita. La dos se quedarán conmigo.

A pesar de que intento hacer menos dolorosa la noticia, Sofía lloró porque sus padres la habían dejado, incluso Eir estaba enojada con la vida, por la forma en que el destino le había quitado a su hermana.

Horas más tarde, con Sofía fuera del hospital fue a casa de una de sus amigas para que cuidaran de su sobrina en lo que ella preparaba el funeral de su hermana. Además, Eir no deseaba que Sofía estuviera presente, pues sabía que eso de que habían ido al cielo, era tan solo una forma disimulada de decirles que sus padres habían muerto.

Eir no sabía cómo es que continuaba en pie luego de organizar y estar presente el funeral de su hermana recibiendo el pésame de cada una de las personas que llegaban para darle el último adiós a la pareja. La abuela de Sofía y Lía, estaba más que inconsolable y Eir no podía decirle nada, porque se hallaba y se sentía de la misma manera, solo podía ignorarla por momento para no volver a llorar.

No obstante, tuvo que enfrentarse a las preguntas de sus amigas, que le cuestionaron sobre la ausencia de Cadence a su lado en un momento como ese, pero Eir simplemente les dijo que se habían separado y nada más. Po supuesto que no iba a entrar en detalles, mucho menos decir que Cadence le había sido infiel, por mucho que le hirviera la sangre al recordar lo que había visto, aquello seguía siendo parte de su intimidad y se quedaría en silencio.

El hilo que todo lo cose Donde viven las historias. Descúbrelo ahora