Capítulo VII: Club.

130 8 0
                                    

。 Marc:

Gerard: ¿Ahora sí me contarás qué pasaba con aquella tía? —preguntó curioso, al ver que ya todos habían salido de la piscina, y solo quedábamos nosotros dos—.

Lo miré fingiendo estar extrañado, pero mi amigo me conocía tanto hasta el punto de darse cuenta cuando fingía.

Solté un suspiro y luego una leve sonrisa. Recordar la escena me daba gracia.

Marc: No pasó nada, solo cruzamos palabras —digo mirando cómo mis pies se movían en el agua al estar sentado en la orilla de la piscina—.

Gerard: ¿Por eso estabas tan cerca de ella? Digo, para solo cruzar palabras por lo menos deben de conocerse un poco ¿No? —alzó una ceja—.

Marc: Nos hemos visto un par de veces éstos días, nada más. Le hablé porque pensé que era una fan y que quería algún autógrafo o una foto, ya está ¿Satisfecho? —pregunté con sarcasmo—.

Gerard: No —respondió tajante, para luego soltar una risita, haciéndome sonreír—.

Marc: Con esa tía no pasa nada mano, simplemente me da curiosidad —solté sin pensar—.

Al darme cuenta de lo que había dicho, miré a Gerard con las cejas alzadas, el cual ya me estaba viendo con una expresión de asombro en su rostro, para luego reír a carcajadas.

Gerard: Hostia, sabía que no te ibas a ir de Washington sin antes haber estado con una chica —dice tratando de parar de reír, al mismo tiempo que negaba con la cabeza—.

Marc: Claro que no —negué sonriendo—. No pienso acostarme con ella, de verdad —confesé—

Héctor: Marc, amigo ¿estás bien? ¿no estás enfermo? —vaciló—

Marc: Yo no soy como tú —le regresé el vacile de forma más ofensiva—

Esta vez las carcajadas de Gerard fueron aún mayores.

Gerard: Vale vale —afirmó con la cabeza, aún riendo de manera continúa—. Si dices que no te la quieres follar, te creo amigo. Sé que eres mejor tío que eso —chasqueó la lengua, al mismo tiempo que me daba algunas palmadas en la espalda—.

Verónica:

Luego de despedirme de Dorothy, entré a casa y me dirigí directamente a mi habitación.

Me dejé caer sobre la cama al mismo que soltaba un gran suspiro. Mi mente era un torbellino de pensamientos sin sentido, mientras la escena del ascensor, lo sucedido en la calle y lo de hoy daban vueltas en mi cabeza.

Verónica: ¿Qué te pasa Verónica? —me reprendí a mi misma—. No seas estúpida —solté un bufido de frustración—

Marc. Hasta su nombre es lindo.

Al pensar eso, tomé una almohada y me la puse en la cara para luego soltar un grito.
No pude con la intriga, por lo que tuve que tomar mi celular y entrar en mi Instagram para stalkearlo.

🔍Marc...

Al poner ese nombre en la barra de búsquedas, al instante me salieron un montón de usuarios. Deslicé mi dedo lentamente, leyendo con detenimiento cada nombre y examinando cada foto de perfil.
No deslicé mucho mi dedo, ya que de quinto lugar estaba un usuario que llamó por completo mi atención.

Tenía un poco de miedo de abrirlo, ya que algo me decía que era su perfil, algo que por alguna razón me ponía nerviosa.
Luego de soltar un suspiro hondo, toqué su foto, abriendo inmediatamente su perfil.
Hostia, es él, pensé después de deslizar un poco mi dedo y ver algunas fotos de su perfil.

Washington city [Marc Bernal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora