Un año luego del rescate
La peor pijamada del mundo.
No debería sorprenderme; alrededor nuestro las cosas siempre salen mal, pero no esperé que tanto. Éramos chicas sin suerte, y aun así, eran mis verdaderas amigas y yo la suya. Me había dado cuenta en estos últimos meses de lo superficiales que eran mis amistades hasta ese entonces. Layla y Tyson eran buena compañía cuando se trataba de fiestas y aventuras nocturnas, pero no son de esas amistades que permanecen en las buenas y en las malas. Bea, Drea y Sophia habían demostrado ser distintas.
La mañana siguiente era un sábado que prometía ser el peor en mucho tiempo. La noche anterior había dejado a Bea en el campus de la NYU y a Drea en su departamento. Y ahora me enfrentaba a la soledad de las cuatro paredes blancas de mi hogar. Nunca he peleado con la soledad ni me ha importado lo suficiente como para hacerla desaparecer, pero esa mañana fue distinto.
Deslizándome por el apartamento con una copa de vino en mano y la voz de Madison Beer tapando el silencio, me sentía desdichada. Quería volver a las risas y al torso desnudo de Ryan Reynolds. ¿Era mucho pedir?
Me gustaría mucho tener los problemas deshonestos de las demás chicas de mi clase. Me gustaría moverme toda la noche al ritmo de la música con la única preocupación de qué me pondría al día siguiente o cómo me iría en el siguiente examen. Esa era Catherine Wallace antes, y ahora esa versión de mí se veía tan lejos, inalcanzable.
Revisé desinteresadamente las notificaciones. Algunos mensajes de Bea, tintados por su usual preocupación por mí. Otros de Tyson, invitándome a una fiesta al otro lado de la ciudad. Y, por último, aquel mensaje que nos había movido el piso a cada una de nosotras.
Hoy mi única obligación era olvidarme de todo aquello, pero ni el vino ni la música estaban haciendo su usual efecto en mí. Los recuerdos no paraban de dar vueltas en mi cabeza, pidiéndome que les dé mi total atención. Yo soy Catherine Marie Wallace, me repetí. Futura empresaria y jefa de operaciones de mí propia marca. Soy el cisne negro que sorprenderá a su familia. Y, sin embargo, mi mente estaba estancada en la misteriosa figura de aquel hombre que había hecho nuestras vidas una miseria. Revisé la página de mi universidad mientras tonteaba con las letras de Madison de fondo. Me quedé en blanco cuando escuché el timbre de la casa sonar. Con pasos cautelosos, me acerqué a la puerta.
—¿Quién es? —pregunté, la voz temblando con una mezcla de anticipación y ansiedad.
—¿Esperas a alguien, Cath? —respondió una voz conocida, cargada de una sensualidad que parecía deslizarse como un suave susurro a través de la puerta.
Derek Allister es quien me espera tras la puerta. Me mira con sus ojos traviesos, aquellos que buscan comerme toda. Nos conocemos desde hace bastante, más precisamente desde que me pidió prestados condones hace seis meses y terminamos usándolos juntos. Ahora simplemente somos vecinos que de vez en cuando disfrutan tocándose.
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CUATRO DE NOSOTRAS © [SAGA: LAS CHICAS DE CHELSEA]
Teen FictionEn las profundidades de un oscuro sótano de West Side, cuatro jóvenes de Nueva York, Andrea, Beatrice, Catherine y Sophia, enfrentaron un trauma que las marcó para siempre. Tras ser rescatadas, sus nombres se convirtieron en titulares de noticias y...