En una biblioteca tranquila y acogedora, rodeada de estanterías llenas de libros clásicos y modernos, se encontraban dos personas que cambiarían su vida para siempre.
Ella se llamaba Sofía, una estudiante de literatura con una pasión por los clásicos. Pasaba horas en la biblioteca, sumergida en las páginas de Dickens, Austen y Brontë.
Él se llamaba Mateo, un escritor en ciernes que buscaba inspiración para su próxima novela. La biblioteca era su refugio, un lugar donde podía perderse en la imaginación.
Un día, mientras Sofía estudiaba en una mesa cerca de la sección de poesía, Mateo se sentó enfrente de ella, buscando un libro de rimas antiguas. Sus ojos se cruzaron, y por un momento, el tiempo se detuvo.
Sofía se sintió atraída por la mirada intensa de Mateo, mientras que él quedó impresionado por la belleza y la inteligencia de Sofía.
Comenzaron a conversar sobre libros y autores, compartiendo recomendaciones y opiniones. La conversación fluyó fácilmente, y pronto se dieron cuenta de que habían pasado horas hablando.
La biblioteca cerraba, pero su conexión no terminó allí. Mateo la invitó a un café cercano, donde continuaron hablando hasta altas horas de la noche.
Así comenzó su romance, rodeado de libros y palabras. Cada encuentro era una oportunidad para compartir historias, ideas y sueños.
Poco a poco, la biblioteca se convirtió en su lugar especial. Se encontraban allí cada semana, intercambiando libros y besos robados entre las estanterías.
Un día, Mateo escribió un poema para Sofía, inspirado en su amor y la magia de la biblioteca. Se lo leyó en voz alta, rodeados de los libros que los habían unido.
Sofía se conmovió, y Mateo supo que había encontrado a su alma gemela.
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A medida que pasaban los meses, su amor crecía. Mateo terminó su novela y la dedicó a Sofía, quien se convirtió en su musa y crítica más exigente.Sofía, por su parte, se graduó en literatura y comenzó a trabajar en una editorial. Mateo la acompañaba a las presentaciones de libros y eventos literarios, orgulloso de su pareja.
Un día, mientras exploraban la biblioteca, Mateo encontró un libro antiguo de poemas de amor. Leyó uno en voz alta, y Sofía se derritió. En ese momento, Mateo supo que era el momento perfecto.
Se arrodilló en el suelo de la biblioteca, rodeado de libros y silencio, y le pidió matrimonio a Sofía. Ella lloró de emoción y dijo sí.
La boda fue una celebración literaria, con invitados vestidos de personajes de novelas clásicas. La recepción se llevó a cabo en la biblioteca, rodeados de los libros que los habían unido.
Después de la luna de miel, Mateo y Sofía se mudaron a una casa cerca de la biblioteca. Tenían una habitación llena de libros y una vista al jardín, donde pasaban horas leyendo y escribiendo juntos.
Años después, cuando se les preguntaba sobre su historia de amor, siempre comenzaban con la biblioteca. Era el lugar donde todo había comenzado, donde su amor había crecido entre las páginas de los libros.
Y cuando alguien preguntaba qué era lo que los había unido, Mateo respondía: "La literatura, el amor y la magia de la biblioteca".
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Pequeñas Historias de Amor
RomanceUn compilación de amor, no todas con un final feliz...