Apuntes de las plantas - 1

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Aprendí de mi padre que puedo alimentarme de los bosques rocosos durante las lluvias de polvo, cuando ningún otro pueblo puede encontrar comida. También aprendí a encontrar el antídoto contra la picadura de los Mmok en los rincones de las rocas, donde crecen las hebras que laten, a dejar reposar el agua de lago antes de beberla porque si no puede hacerte vomitar durante varias horas.

Las crateras son arboles tan altos como cinco hombres, tienen un tallo largo y delgado de color marrón claro, en la punta contiene una especie de cilindro alargado que apunta hacia el suelo de un marrón más oscuro. Durante las tormentas de polvo, al igual que un pájaro cuando esponja su plumaje, abren miles de pequeños espacios para almacenar el polvo y luego permanecen cerradas durante cuatro pasos de Tumuk hasta la puesta de Ulum. Sus semillas son pequeñas rocas amarillo oscuro en el exterior y cuando las golpeas con suficiente fuerza, estas se quiebran y en el centro contienen un poco de aceite transparente que puede ser ungido para alejar algunos animales agresivos y protegerse del sol, mi padre las comerciaba en Alsqah la población más grande de la zona cuando lograba recolectar suficientes para realizar el viaje de varios soles desde nuestro pueblo Murarah.

En noches oscuras encendíamos varas fuego, que se quemaban muy lento, emitiendo resplandor suave y cálido. Las varas de fuego crecían en las cavernas al noreste de nuestro asentamiento, de aspecto rocoso y delgado, donde el suelo dejaba ver cristales amarillos, su centro podía ser encendido con una chispa y permitía encender madera para cocinar o servir de luz cuando fuera necesario.


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