𝐂𝐎𝐌𝐔𝐍𝐈𝐃𝐀𝐃

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La noche parecía estirarse interminablemente, envolviendo todo en un manto de incertidumbre. Las respiraciones eran bajas, apenas perceptibles, como si incluso los sobrevivientes temieran ser descubiertos por algo que acechaba en la oscuridad. No había luna, y el edificio donde estábamos refugiadas era apenas una sombra de lo que debió haber sido antes del virus. Era como si el tiempo hubiera dejado de tener sentido dentro de esas paredes.

La confesión que le hice a Marenka seguía en el aire, incompleta, y su respuesta, cargada de preocupación, no la podía quitar de mi mente. "Ten cuidado, Phantom." Pero ¿cómo podía tener cuidado con algo que no comprendía del todo?

Mientras seguimos avanzando, una figura emergió de las sombras y, antes de que pudiéramos reaccionar, otras más comenzaron a aparecer. Eran sobrevivientes. Uno a uno, se acercaron a nosotras con cautela, sus rostros duros, marcados por el tiempo y el sufrimiento.

El primero en hablar fue un chico de aspecto severo. Se presentó como Yarek. "No tenemos mucho, pero es suficiente para sobrevivir", dijo mientras hacía un gesto para que lo siguiéramos.

El grupo de sobrevivientes nos guio a través de callejones oscuros hasta un antiguo edificio que habían convertido en su refugio. Por fuera, apenas se distinguía entre los escombros, pero al entrar, todo cambió. Era sorprendentemente grande, con varios pisos intactos y diferentes áreas donde la gente había improvisado dormitorios y zonas comunes. Parecía que habían logrado establecer una pequeña comunidad allí, alejada del caos exterior.

Había alrededor de una docena de personas más, todas con miradas desconfiadas, pero a la vez curiosas.

A pesar de la tensión palpable en el aire, el lugar transmitía una sensación de seguridad que pocas veces había sentido desde que el mundo se vino abajo. Marenka y yo intercambiamos miradas. Sabíamos que quedarnos allí podría ser una oportunidad para conocer más sobrevivientes, aunque siempre con la cautela que exigía este nuevo mundo.

Nos guiaron a una pequeña área donde podríamos descansar, y mientras nos instalábamos, me quedé pensando en todo lo que habíamos visto.

Pero no podía dejar de preguntarme cuánto tiempo durarían esa paz y esa seguridad, y si estos sobrevivientes sabían realmente lo que se avecinaba.

The Shattered CoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora