﹙VII | Los trajes﹚

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Me moví con agilidad por aquellas tiendas donde vendían trajes para halloween, si bien no tenía ganas de asistir a la fiesta de la escuela, cuando Cellbit me pidió de favor ir con el..

No pude negarme.

Y ahora me estaba arrepintiendo de decirle que si.

— ¿Ya sabes que usarás? — Cellbit volteo a verme, sosteniendo una capa roja en una de sus manos. El también estaba buscando que usar.

— La fiesta es en dos semanas y no se nos ocurrió venir antes a comprar esto.. de verdad, tu y yo tenemos serios problemas con la organización.

— Esa no fue mi pregunta, Ro..

— Eh, no. No se que usar.

— ¿Y si usas algo de Spiderman? — Lo vi guardar la capa en un lugar, y yo directamente comencé a ver la tienda de reojo buscando algo en particular.

— ¡Ajá! — Corrí hacia lo que parecía ser el último traje de Spiderman, Cellbit me había dado una excelente idea.

— ¿"Ajá", a qué te refieres con "ajá"?

— Pues me diste una grandiosa idea, así que.. — Me di la vuelta, enseñándole a Cellbit el traje. — Usaré esto.

— Hmm, es lindo.

— ¿Y tú qué usarás?

— Estaba pensando en usar algo de vampiros.

— Eso esta quemadisimo. — Tome las demás cosas que me hacían falta para mi traje con entusiasmo. Sería algo simple pero lindo.

— Bueno si, pero no tengo muchas ideas.

— Y si.. ¿Usas algo de Deadpool? Me dijiste que habías investigado un poco sobre el.

— Oh, si, lo hice. — Cellbit coloco sus manos dentro de sus bolsillos delanteros, viéndome con atención.

— ¿Entonces?

— No sé si me quedaría bien..

— Mira, allá hay trajes de Deadpool, pruébate uno y veamos como se te ve.

— Me parece bien. — El me sonrió, dirigiéndose hacia  el sitio que le había dicho para tomar su respectivo traje.

Mi relación con Cellbit había mejorado notoriamente desde aquel fin de semana en el que le confesé lo que pasaba en mi familia. Y incluso, en todo ese proceso ya habíamos cumplido casi un mes de "relación", yo lo consideraría amistad, en realidad. Ambos nos llevábamos muy bien así que podría aventurarme a decir que ya éramos amigos.

Incluso en algunas ocasiones llegué a salir con sus otros amigos, aún no olvido la vez que a Pac por accidente le cayó un bote de pintura blanca encima, estaban pintando un comercio cuando nosotros pasamos y por accidente el que pintaba dejo caer su bote de pintura, manchando la ropa entera de Pac. El chillo como un niño pequeño al ver su pelo lleno de pintura.

— Y bien, ¿Cómo me veo?

Levanté la mirada al escuchar a Cellbit hablarme, viendolo con el traje - sin máscara - que le había dicho que podía usar. Curiosamente, se le veía bastante bien. Mucho, en realidad.

𝗟𝗮 𝗮𝗽𝘂𝗲𝘀𝘁𝗮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora