Capítulo 5 (+18) (1/2)

1.1K 76 24
                                    

ALONDRA'S POV:




No pude dormir, no podía dejar de pensar en lo que me dijo después de haberme echo un oral.

mañana consigue condones.

Por suerte hoy era sábado, lo único que tenía que hacer era entrenar con mi equipo, pero eso era más tarde.

Me levanté a las 7:30 de la mañana, me bañé, me alisté y mientras que Rainelis dormía, yo salí del instituto a una farmacia.

Creo que de tantas ganas que tenía de tener sexo con ella. No me dió vergüenza en lo absoluto comprarlos, la farmacéutica pensó que yo era la que iba a recibir una noche en la que me iban a dejar más abierta que ella. Hasta que me preguntó.

- Yyy... ¿De qué talla lo quieres? Apuesto que el mediano le va a ir a él. -

- Acho... necesito el más grande que tengas, el mediano me queda chico. -

Juro que no me había dado cuenta de que me había mandado al frente sin querer. Me moría de la vergüenza, estaba roja de pies a cabeza.

- Mmmm, así que te queda chico. Y que tal si me la muestras. De paso probamos cual entra mejor. - La chica me mordía el labio mientras miraba mi entre pierna.

Estaba demasiado incomoda, así que solo agarré los preservativos, dejé el dinero en el mostrador y me fuí sin más.

___________________________________________

Ya era la hora de mi entrenamiento. Me vestí lo más rápido que pude, me puse los shorts cortos y la camiseta del equipo del instituto, para después, ir corriendo hasta la cancha.

Comenzamos haciendo un calentamiento, básicamente mi entrenamiento es de agilidad, ya que me conocen como "The silent one" por ser una jugadora que nadie sabe mi próximo movimiento, me muevo por toda la cancha sin que nadie se de cuenta.

Del otro lado, estaban las porristas. La que más destaca, es la capitana, o sea, Rosario. Con su atuendo muy corto, que hasta su entrenadora babea por ella.

Sabe muy bien lo que provoca, las sensaciones que genera en los demás.

Pero pareciera ser que algo en mí le llamaba mucho la atención. No me quitaba la mirada de encima, es como si tuviera algo en la cara.

Intentaba concentrarme en la pelota, pero su mirada se sentía como una pesa de 300 kg sobre mi espalda. Cuando se la devolvía, me guiñaba un ojo, dando una ráfaga de calor por todo mi ser.

Conseguía lo que quería, amaba ponerme nerviosa con sus acciones. Es como si le exitara verme nerviosa.

Tuve que dejarla de lado, teníamos un partido amistoso para practicar tácticas. Yo era la protagonista de este partido, yendo de aquí para allá, anotando puntos y puntos. La gente de la grada gritaba con todo lo que podía, cada que tocaba la pelota o convertía un punto, las personas dejaban toda su voz en mí.

La figura del partido fuí yo. "The silent one es una joya que todos quieren" aclamaban los canales de televisión. Muchos micrófonos apuntando mi presencia, muchas preguntas y propuestas.

Bully (G!p) || RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora