⚡︎ 𝐌𝐚𝐫𝐨𝐨𝐧

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"The burgundy of my t-shirt, when you splashed your wine into me and how the blood rushed into my cheeks, so scarlet, it was Maroon."


Ellie siempre caía en situaciones de las que no podía escapar. Pareciera que su misión en la vida era encontrarse con la complicidad de la socialización y experimentar sentimientos tan profundos y tuerce-tripas que vivía con la constante necesidad de arrancarse el corazón para dejar de sentir.

Sabía que estaba mal, sabía que este es el tipo de cosas que arruinan una etapa entera de tu vida por los arrepentimientos que vienen luego. Sabía que una de las peores consecuencias que podría enfrentar era perderte en la totalidad de la palabra y que la odiaras por arruinarlo todo.

Pero, ¿cómo podía ella resistirse ante tus encantos?
Si lo que sentía por ti era una equivocación, entonces el universo le estaba jugando chueco. Porque su corazón latiendo rápidamente, mientras su estómago daba vueltas y vueltas, haciendo sus mejillas sonrojar, parecía ser la reacción correcta a esa sonrisa tan hermosa que tenías y a tu existencia entera.

Por meses creyó que lo que sentía por ti era simple admiración platónica. Se dio cuenta de su equivocado pensamiento un día, en unas vacaciones, que te vio en tu bikini y tuvo que tomar un pequeño recreo al baño para calmar la sensación húmeda en su ropa interior.

Desde entonces trata de no mirarte mucho cuando usas cosas demasiado escotadas, no porque fuera una hormonal que no podía controlarse, sino porque se avergonzaba de haberse corrido en tu nombre, no una vez, sino cuatro jodidas veces. Claro, en esa ocasión. En total, quién sabe.

Como Ellie vivía de errores y parecía no aprender, cuando Joel le comentó que no le iría a hacer su visita semanal, su mejor idea fue invitarte a pasar la noche con ella. Como lo ha hecho quinientas veces anteriormente, pero hoy, hoy sería diferente.


Y era de esperarse que estuviera de aquí para allá en su casa, ordenando como nunca antes su habitación y cocinando algo para la cena. Su especialidad, pasta con salsa boloñesa.

Cuando apagó el fuego de la estufa, su estómago dio un vuelco en su interior al escuchar tres golpes en la puerta principal.

Bien, Ellie, tranquila. La ves casi todo los días. Esto no es nada, ¿por qué estás tan nerviosa?

Al abrir, se encontró con una linda chica en un hermoso vestido blanco, con un estampado diminuto de limones.

Preciosa, como siempre...

—Pensé que tardarías más—dijo invitándote a pasar.

—¿De qué hablas? Siempre soy puntual—le diste un pequeño beso en la mejilla como saludo, haciendo que la misma sintiera las rodillas débiles.

—¿Te recuerdo el incidente de la semana pasada? Te esperé tres horas, cuando me dijiste "en 5 salgo para allá"—cerró la puerta tras de ti y se encaminaron juntas a la cocina.

Ellie se sentía en el cielo al solo oler tu perfume con notas de vainilla. Nunca fue de olores dulces, pero podría embriagarse en tu esencia y nunca más volver a la sobriedad.

—No es mi culpa que te hayas perdido a cien kilómetros de mi casa, Ellie—reíste un poco recordando el evento.

Vivías en una zona rural, lo que dificultaba un poco el llegar y ese día Joel se había llevado el auto de la chica por una emergencia, por lo que Ellie tomó un taxi que no la dejó en el lugar exacto. Además, siempre que iba a tu casa, eras tú quien la llevaba y traía, entonces no prestaba mucha atención al camino cuando tenía a una mujer con un hermoso perfil que necesitaba ser observado hasta gastarse frente a sus ojos.
Cuento corto, se quedó caminando y escondiéndose de los vehículos que pasaban, mientras no dejaba de escribirte que te apuraras porque tenía miedo de ser secuestrada.

One shots|| Ellie WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora