—¿Qué te pasa? —preguntó Charlie, el médico de guardia. Fue directo hacia la joven, dispuesto a ayudarla.
—Pobre chica —dijo Emy, la enfermera, frunciendo el ceño— ¡Qué mala cara tiene!
Charlie hizo oídos sordos al comentario de su compañera, agachándose para ponerse a la altura de la joven, que seguía apretándose la cabeza con ambas manos, ajena a todo. Había dejado de gritar, pero sus ojos no habían recuperado la cordura.
—¿Te encuentras bien? —preguntó Charlie, acercándose poco a poco. No quería asustarla más de lo que estaba. Saltaba a la vista que había tenido una experiencia traumática.
A lo lejos, los gritos de la madre resonaban en el pasillo de las Urgencias, exigiendo entrar para ver a su hija.
—¿Qué hacemos? —preguntó Emy al médico, mordiéndose el labio. No le gustaba que los familiares armaran jaleo en la sala de espera, y menos una madre preocupada por su hija.
—Sal y habla con ella —le pidió Charlie, manteniendo la calma—. Intenta tranquilizarla todo lo que puedas. A ver si conseguimos que una de las dos nos diga lo que ha pasado.
—Está bien —dijo Emy, contenta de poder ayudar. Llenó el pecho de aire e irguió el cuerpo, decidida a hacer su trabajo lo mejor posible.
Por su parte, Charlie, se quedó parado junto a la joven, observando su expresión descompuesta.
—¿Qué has hecho? —dijo en un susurro, temiendo romper el frágil equilibrio que mantenía a la joven consciente.
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Turno de Urgencias. Bienvenidos al Box. Que no pare la fiesta.
Teen Fiction¿Cómo puede cambiar la vida de una persona? Bienvenidos al turno de Urgencias. Que no pare la fiesta. Hasta el fin. Actualizaciones semanales. ¡Sígueme! ¡Lee, vota y comenta!