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—¿Qué necesitas? —preguntó Nata, dispuesta a colaborar.

—Vamos a hacerle unas preguntas a la madre de la paciente —dijo Charlie—. Nos vendría bien tu ayuda.

—Por supuesto —dijo la enfermera, contenta de poder ser útil—. Cuenta con ello.

—Gracias —dijo Charlie—. Le he pedido a Sergio que la haga pasar a otro box. No me parecía conveniente tener a las dos en la misma consulta.

—Has hecho bien —dijo Nata, convencida.

Charlie asintió, agradeciendo su apoyo. Un instante después, salieron al pasillo.

Sergio, el vigilante, les esperaba en la puerta de un box contiguo al que estaban.

—¿Te importaría vigilar a la chica? —rogó Charlie—. No sé si será capaz de hacer algo de lo que después se arrepienta. 

Sin decir nada, Sergio ocupó el sitio que el médico había dejado libre en el otro box.

Charlie, escoltado por Nata y Emy, que le habían seguido hasta allí, entró en la consulta. Estaba acostumbrado a tratar con todo tipo de gente, y en circunstancias de todo tipo. Ser médico de Urgencias le había permitido conocer la diversidad de la naturaleza humana en todo su esplendor. Lo que para muchas personas podía resultar chocante, incluso ofensivo, para él era, lamentablemente, la orden del día. 

Prostitutas, maltratadores, detenidos, drogadictos, borrachos y pervertidos cruzaban la puerta de Urgencias a diario, junto al resto de mortales, cuyos problemas médicos no necesitaban la intervención de las fuerzas del orden.

Pese a todo, a Charlie le seguía asombrando la bajeza del ser humano en momentos especialmente traumáticos, como el que estaba ocurriendo allí mismo, ese día. 

Al entrar en el box, vieron que Lolo ofrecía un vaso de agua a una mujer de mediana edad, cuyo rostro estaba profundamente castigado por la vida. Su edad era imposible de calcular, pues sabían por experiencia que ese tipo de personas aparentaban más años de los que tenían. 

—Buenos días —dijo Charlie, sopesando cómo empezar la entrevista.

La mujer contestó con un gesto vago mientras se llevaba el vaso de plástico a la boca. Cuando lo terminó, lanzó un fuerte eructo.


Turno de Urgencias. Bienvenidos al Box. Que no pare la fiesta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora