Capítulo 62: Demostración feroz

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—¿Bueno? *jadeo* ¿Qué te parece? *jadeo*

Astrid estaba cansada, se esmeró con todas sus fuerzas para mostrar la mitad de la técnica que usaba la tropa de elite de las Valkirias, esto era una grave violación al código de honor de ellas, pero Astrid no formaba parte de dicho campo, por lo que para ella no aplicaban las reglas. Cáliban estaba serio, extremadamente callado, incluso Reinhard, Joseph y Dimerian se quedaron en silencio.

—¿Eso es todo? —pregunto con seriedad

—¿A qué te refieres? He mostrado mi mejor técnica...

—Bueno... en todo caso, eso no era lo que quería que me mostraras

Astrid estaba confundida, acaba de mostrar una técnica que muchas mujeres matarían por aprender, pero Cáliban parecía inmutable.

—Entonces, ¿Qué querías que te mostrará?...

Cáliban negó.

—No, creo que esto no va a funcionar, ¡Dimerian! Sube y ten un sparring con Astrid, eso será mejor

Dimerian se sorprendió al escuchar su nombre.

—¿Estás seguro? ¿No crees que sería mejor que entre Joseph o Reinhard?

—No me hagas repetirlo dos veces...

—Ya voy... —contestó con desánimo

Astrid y Dimerian se encontraban cara a cara, este alzó su gran espada de madera para entrar en posición defensiva. Ella lo tenía bastante claro, era su victoria, durante los primeros días que llegaron, tuvo la mala fortuna de ir a la mazmorra con la mitad de los integrantes de la casa, en la primera noche que les tocó cazar juntos para la cena, para su sorpresa, Dimerian ni siquiera apoyó en la cacería, solo se la pasaba corriendo de un lado a otro esquivando los ataques y huyendo de la pelea, así que estaba totalmente confiada de que ganaría con facilidad.

—No te preocupes, iré despacio —dijo con mucha confianza

Dimerian simplemente fingió no escuchar, tenía un poco más de confianza que antes, así que, sin hacer caso a su oponente, no desvió su mirada de Astrid.

—Bien... ¡Aquí voy!

Astrid arremetió con fuerza contra Dimerian, atacando con una poderosa estocada, esperando romper su defensa fácilmente, pero para su sorpresa, Dimerian tomó la iniciativa de atacar, rompiendo su estocada, Astrid tomó un poco de distancia para atacar por la espalda, una vez más, Dimerian tomo su gran espada, alzándola con sus dos brazos, lanzando un poderoso tajo al suelo, Astrid alcanzó a esquivar por poco dicho ataque, recibiendo un pequeño rasguño en la mejilla. Cáliban observó el encuentro con lástima.

—Astrid, si subestimas a tu oponente... solo encontraras la muerte... entrene personalmente a Dimerian durante las vacaciones, no sé qué fue lo que viste de él, pero no pienses que sigue siendo el mismo... así que pelea enserio

Ante la advertencia de su líder, Astrid tragó saliva, tenía un poco de miedo por sus palabras, de hecho, podía verlo en la mirada de Dimerian, sus ojos ni siquiera pestañeaban.

«¿Entrenarlo personalmente?... ¿Qué clase de entrenamiento paso para cambiar tanto en tan poco tiempo?»

Honestamente, la respuesta era más sencilla de lo que su pregunta requería, Dimerian no fue entrenado, fue obligado a sobrevivir, con su vida en juego, Cáliban lo arrojó a las peores bestias de la mazmorra, claro, nada que él no pudiera derrotar, gracias a la experiencia que obtuvo peleando con bestias salvajes, adquirió costumbres que le ayudarían en sus futuras batallas, como nunca distraerse en pleno combate, jamás desviar la mirada y sobre todo, cuidar su espalda en todo momento, aunque no era perfecto, estaba al nivel en el que se podía encargar fácilmente de Astrid.

El Camino del CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora