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Con el tiempo, los gatitos se convirtieron en parte integral de la familia. Cada uno tenía su propia personalidad: Nimbus era curioso y aventurero, Luna era tranquila y cariñosa, Estrella tenía una energía inagotable y Rayo era el más travieso, siempre metiéndose en algún lío.

Cassiopeia y Orion se volvieron inseparables de los gatitos, y aunque la casa estaba más llena que nunca, todos estaban de acuerdo en que no había nada más hermoso que ver a los pequeños crecer y ser felices.

Pansy y Hermione, mirando a su familia con los gatitos corriendo a su alrededor, sabían que esta nueva etapa era solo otra maravillosa adición a la vida que habían construido. La casa estaba más llena de amor y risas que nunca, y eso, para ellas, era todo lo que importaba.

-Es increíble cómo un simple animal puede traer tanta felicidad a nuestras vidas -dijo Hermione una noche, mientras miraba a Ágata dormir junto a sus crías.

-La magia no siempre necesita una varita -respondió Pansy suavemente, apretando la mano de Hermione-. A veces, la magia está en las pequeñas cosas, como esta.

Y así, con los nuevos miembros de su familia creciendo rápidamente, Pansy y Hermione disfrutaron de otra etapa más de su vida juntas, sabiendo que cada día estaba lleno de nuevas aventuras y recuerdos por hacer

Confesión De Una Slytherin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora