Pokémon: Viaje a la extinción

Capítulo 6: Búsqueda

Capítulo 6: Búsqueda

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El sol apenas comenzaba a asomar en el horizonte cuando los niños de la región se preparaban para una de las aventuras más importantes de sus vidas: la búsqueda de su primer Pokémon. Ser entrenadores era el sueño que había motivado a muchos a prepararse durante años, y ahora era el momento de dar el primer paso. Los alumnos que habían aprobado el examen de la escuela, emocionados y nerviosos, se dirigían al laboratorio del Profesor Serbal, donde recibirían su Pokémon inicial, sus Poké Balls y su Pokédex.

Casilda, una de las estudiantes más prometedoras, caminaba emocionada hacia el laboratorio, ya que había acordado reunirse con su amigo Akira en el próximo pueblo, donde comenzarían su travesía juntos. Sin embargo, lo que ella no sabía era que Akira había tenido una noche agitada. No había podido dormir bien debido a la emoción y, como resultado, no se despertó hasta las diez de la mañana. Mientras los demás ya se adentraban en la ruta hacia sus nuevas aventuras, Akira, aún somnoliento, apenas se preparaba para salir.

—¡Akira, cuidado! —le advirtió su madre, Mizuki, mientras él salía corriendo con la mochila mal colocada en la espalda—. No te olvides de llevar suficiente comida y mantén tu teléfono encendido. ¡No hagas locuras, por favor!

—¡Sí, mamá! —respondió Akira apresuradamente, aunque en su mente solo podía pensar en lo tarde que estaba.

Salió del pueblo al mediodía, con el sol alto en el cielo. Mientras corría por los caminos de hierba alta, su corazón latía con fuerza. Los primeros entrenadores ya llevaban horas de ventaja, y él sabía que Casilda estaría esperando. Fue entonces cuando, de repente, un Shinx salvaje apareció entre la hierba, enseñando los dientes y dispuesto a luchar. Akira no estaba listo para un combate, pero antes de que pudiera reaccionar, un grupo de diez Bidoofs emergió de la nada, asustando al Shinx y dándole una lección.

Akira miraba con maldad mientras su Staravia, que había evolucionado recientemente, se unía a la pelea junto a su misterioso y oscuro aliado, Giratina Enano. Ambos Pokémon parecían disfrutar demasiado de la batalla, hasta que el pobre Shinx decidió que era mejor escapar.

—No tenía tiempo para esto —murmuró Akira con una mezcla de frustración y alivio, acariciando a Staravia antes de seguir su camino—. Debería haber intentado volar, pero... supongo que aún no estás listo para llevarme.

Finalmente, a las dos de la tarde, Akira llegó al laboratorio del Profesor Serbal, jadeando y cubierto de sudor. Para su sorpresa, el lugar estaba vacío. Todos los Pokémon iniciales habían sido reclamados horas antes. Akira miraba a su alrededor, buscando al profesor, pero lo único que encontró fue a una joven asistente, que sonreía con amabilidad.

—¿Buscas al Profesor Serbal? —preguntó la asistente, una mujer de cabello rubio y ojos brillantes—. Lamentablemente, ya se ha ido a un congreso en Ciudad Jubileo, pero me encargó que entregara los últimos objetos a los entrenadores rezagados.

Akira bajó la cabeza, decepcionado. Todos ya tenían a sus Pokémon iniciales, mientras que él solo llegaba para recoger las sobras. Pero antes de que pudiera sentirse peor, la asistente le sonrió de nuevo y le extendió una Poké Ball.

—Sé que llegaste tarde, pero no te preocupes. No te irás con las manos vacías. Este Abra fue capturado recientemente, y estaba esperando a un entrenador como tú. Es un Pokémon especial, muy inteligente y poderoso si lo entrenas bien. Te vendrá bien para empezar tu aventura.

Akira tomó la Poké Ball con gratitud, observando cómo la asistente le entregaba también su Pokédex y las Poké Balls restantes.

—Gracias... gracias de verdad —dijo con una mezcla de alivio y emoción. Aunque no había conseguido un Pokémon inicial tradicional, sabía que con Abra a su lado, su aventura recién comenzaba.

Con su nuevo compañero en mano, Akira salió del laboratorio, mirando al cielo y con renovada determinación. Su búsqueda por convertirse en un gran entrenador apenas había comenzado, y a pesar de los tropiezos, estaba listo para enfrentar cualquier desafío. Ahora, lo único que quedaba era reunirse con Casilda y comenzar oficialmente su travesía por la región.

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