Capítulo 9: El Torneo de Novatos
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El bullicio de la ciudad se intensificaba a medida que Akira y Casilda se acercaban al centro de inscripciones. Grandes carteles y pantallas publicitarias anunciaban el Torneo de Novatos, donde entrenadores recién certificados podían demostrar sus habilidades y competir por un lugar entre los mejores. Akira sentía una mezcla de emoción y nervios; sabía que esta era su oportunidad de mostrar lo que había aprendido, pero también era consciente de los posibles desafíos que enfrentaría.
—¿Estás listo? —preguntó Casilda mientras caminaban hacia el edificio de inscripciones, una imponente estructura de cristal que reflejaba el sol de la tarde.
—Listo, pero algo nervioso —admitió Akira, ajustándose la mochila mientras Giratina, en su forma enana, se ocultaba discretamente en las sombras a su alrededor.
—Es normal. Pero recuerda, has entrenado mucho, y tienes a tus Pokémon contigo. Además, tienes una ventaja única —añadió Casilda con una sonrisa, haciendo referencia a la habilidad de Akira para invocar Pokémon desde las sombras—. Solo sé tú mismo.
Dentro del centro, el ambiente era electrizante. El lugar estaba lleno de jóvenes entrenadores con sus Pokémon, algunos practicando movimientos en pequeñas arenas de entrenamiento y otros llenando formularios para el torneo. Akira se abrió paso entre la multitud y llegó al mostrador de inscripciones.
—Nombre, por favor —dijo el encargado, un hombre con gafas que parecía haber visto a cientos de jóvenes pasar por ese mismo proceso.
—Akira —respondió, intentando mantener la calma.
El hombre tecleó en su computadora y después de unos segundos, le entregó un pequeño dispositivo con un número.
—Bienvenido al Torneo de Novatos. Este es tu número de identificación. Las eliminatorias comienzan mañana en la Arena Oeste. Llega temprano y mantén tu dispositivo contigo. ¡Mucha suerte! —le dijo con una sonrisa profesional.
Akira tomó el dispositivo, sintiendo el peso de la responsabilidad en sus manos. Casilda, que había estado observando desde atrás, le dio una palmada en la espalda.
—¡Ya estás dentro! —dijo con entusiasmo—. Ahora solo queda esperar al gran día.
Pasaron el resto del día recorriendo la ciudad. Casilda quería visitar el Mercado Pokémon para buscar objetos y accesorios que pudieran mejorar sus presentaciones como coordinadora, mientras que Akira se dedicó a observar a los entrenadores en las arenas de práctica. Al caer la tarde, regresaron al albergue para jóvenes entrenadores, donde se estaban quedando. Las luces de la ciudad brillaban intensamente mientras Akira se quedaba solo en su habitación, revisando su PokéGear y el dispositivo de identificación del torneo.
—¿Crees que estamos listos para esto? —preguntó Akira en voz baja, sabiendo que Giratina lo escuchaba.
Una sombra se movió en la esquina de la habitación, y la voz profunda de Giratina resonó en su mente.
—No subestimes lo que has aprendido, Akira. Las sombras están a tu favor, y tienes más poder del que crees. Lo único que necesitas es concentrarte... y confiar en mí.
Akira sabía que, aunque Giratina tenía razón en parte, también debía ser cauteloso. El poder que compartían era especial, pero Giratina no era un compañero común. A pesar de las dudas, decidió confiar en sí mismo y en sus habilidades para el torneo.
Al día siguiente, la ciudad despertó con una energía palpable. Las calles alrededor de la Arena Oeste estaban llenas de entrenadores y espectadores listos para el torneo. Akira llegó temprano, pero el ambiente ya era abrumador. Fue guiado a una sala de espera junto a otros competidores, donde revisó su equipo. Había decidido llevar a Pichu y algunos de sus Pokémon invocados desde las sombras, aunque tenía un plan en mente.
—Atención, entrenadores novatos. Prepárense para sus combates iniciales —anunció una voz por los altavoces—. Los enfrentamientos comenzarán en diez minutos.
Akira respiró hondo, mientras Pichu saltaba emocionado sobre su hombro.
—Vamos a hacerlo, Pichu —le dijo, mientras revisaba la pequeña Poké Ball vacía que llevaba consigo como parte de su estrategia.
Finalmente, llegó su turno. Akira fue llamado a la arena, una plataforma circular rodeada de gradas llenas de espectadores. Su oponente era un chico de cabello desordenado y actitud confiada, con un Shinx a su lado que irradiaba energía eléctrica.
—Me llamo Daisuke, y soy el mejor de mi clase —dijo su oponente, sonriendo con arrogancia—. No pienses que esto será fácil, novato.
Akira no respondió, concentrándose en el campo de batalla. El árbitro dio la señal, y el combate comenzó.
—¡Shinx, usa Impactrueno! —gritó Daisuke, sin perder tiempo.
El pequeño Pokémon eléctrico lanzó una descarga hacia Pichu, quien logró esquivar el ataque por poco. Akira sabía que no podía depender solo de la agilidad de Pichu en esta pelea; debía actuar rápido. Tomó la Poké Ball vacía de su cinturón, y fingió que estaba a punto de hacer un intercambio.
—¡Es hora de cambiar las cosas! —exclamó Akira, lanzando la Poké Ball al aire.
Sin embargo, en lugar de un intercambio normal, Akira utilizó sus habilidades secretas. De las sombras bajo sus pies, un Murkrow emergió rápidamente, pero gracias a su astucia, pareció como si hubiera salido directamente de la Poké Ball que había lanzado.
Daisuke frunció el ceño, claramente confundido.
—¿Qué clase de truco es ese? —gritó, viendo al Murkrow aparecer sin previo aviso.
—Solo un cambio rápido —respondió Akira con una sonrisa, mientras el Murkrow tomaba vuelo.
—¡Shinx, ataque rápido! —ordenó Daisuke, pero su Shinx no estaba preparado para la velocidad de Murkrow, que ya había ganado altura.
—¡Murkrow, Ataque Ala! —gritó Akira.
Murkrow se lanzó desde el cielo, golpeando a Shinx con fuerza. El ataque lo tomó por sorpresa y lo hizo tambalearse. Daisuke intentó recuperar el control del combate, pero la confusión y rapidez del movimiento de Akira habían cambiado completamente el ritmo de la batalla. Mientras Pichu mantenía a raya a Shinx con su agilidad, Murkrow atacaba desde el aire, aprovechando la ventaja que las sombras le habían otorgado.
Después de varios golpes certeros, el Shinx de Daisuke finalmente cayó debilitado. El árbitro levantó la mano de Akira, declarando su victoria.
—¡El ganador es Akira! —anunció mientras la multitud aplaudía.
Akira respiró hondo, sintiendo una mezcla de alivio y emoción. Había superado su primer desafío en el torneo, usando tanto su ingenio como su habilidad especial para invocar Pokémon desde las sombras. Mientras salía de la arena, Casilda lo esperaba con una gran sonrisa.
—¡Lo hiciste! —exclamó, abrazándolo—. Sabía que ganarías. ¡Ese Murkrow fue impresionante!
Akira sonrió, pero en su mente, las palabras de Giratina seguían resonando. Con cada victoria, sentía que se acercaba más a desatar un poder mucho mayor. El torneo apenas comenzaba, y sabía que lo que vendría sería aún más desafiante.
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Fin del capítulo 9.
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Pokémon: Viaje a la extinción
FanfictionAños después de huir de una vida de rituales prohibidos en un remoto pueblo. Sin embargo, su hijo comienza a manifestar una extraña conexión con una sombra que lo sigue, una entidad oculta que está lejos de ser un Pokémon común. ¿Podrá el chico man...