ஜ۩۞۩ஜ ❺00 𝔞ñσs ஜ۩۞۩ஜ [Venti x reader]

ஜ۩[17]۩ஜ

Sentía que su mundo se partía en dos.

Había recuperado sus recuerdos si, pero sus emociones estaban en conflicto, uno que la superaba en gran manera.

Apenas pagó en la recepción y salió de la farmacia sintió como los rayos fuertes del sol le golpeaban en la cara. Inmediatamente se apoyó en un poste tratando de procesar no solo la guerra de Kahenriah y las traiciones, sino el comportamiento de Venti durante todo este tiempo.

Un comportamiento sin lógica alguno a sus ojos.

¿Qué se supone que debía de sentir? ¿Felicidad porque la cuidó y salvo en varias ocaciones? ¿Enojo porque la trató de estúpida y jamás le dijo la verdad? ¿Tristeza por el puñal en la espalda que le clavó quinientos años atrás?

No era solo eso, sino que ahora tenía el descaro de hacer de cuenta que nunca nada ocurrió. Él quiso empezar de cero como si sus acciones no tuvieran consecuencias.

Una fuerte puntada le llegó a su cien, llevándose su mano allí inmediatamente.

¿Cómo no se había dado cuenta antes que ella no era humana? Cómo podía haber sido tan ciega todo este tiempo, no solo aquí en Tevyat, pero también durante su estancia en el otro mundo.

Ahora todo tenía sentido.

Inmediatamente hizo aparecer su par de alas y se alzó en dirección a donde peleó contra el abismo. Los iba a confrontar, tenía que hacerlo, necesitaba hablar con Barbatos fuera como fuera para darle un sentido a sus acciones.

No le tomó mucho tiempo, llegando al lugar relativamente con facilidad. A lo lejos pudo visualizar al Yashka peleando contra unos hilichurls. Inmediatamente aterrizó a unos metros de él, este sorprendiéndose por la abrupta visita de la peliaquamarina —¿Alatus, quieren una mano?— Preguntó con una pequeña sonrisa.

El ojiambar la miró atónito, inmediatamente sabiendo que quien tenía delante de él no era la Yuki ignorante de hace unos días —Iah-hel..?— Inmediatamente la atención de él se centró en las alas de la fémina —¿Qué le ocurrieron a tus alas?— Preguntó mientras hacía un movimiento de brazo degoyando a un hilichurl que se había aventado a su dirección.

—¿Qué les pasaron..?— Giró un poco, para darse cuenta que su característico color blanco ya no estaba, sino que era gris.

Alas grises.

Había escuchado de ellas en historias cuando era niña, pero no era capaz de recordarlas del todo bien. Ya había pasado demasiado tiempo para ello y todo trasto de su civilización había sido destruído —Veo que recuperaste tus recuerdos— Sonrió un poco —Me alegro—

Ella negó mientras caminaba hacia un lado de él —Fue horrible, pero valió la pena....— Pasaron varios segundos, para luego ella mirar a los lados asegurándose que solo estuvieran ellos dos en el lugar. —Voy a preguntarte algo... qué es muy importante para mi, me darías algo de tu tiempo—  Él asintió.

—Te debo mucho para no hacerlo, solías ayudarme con mi carga karmica— Ella asintió mientras recordaba esos tiempos. Cuando usaba su poder libremente sin miedo a que Celestia tomara represalias.

—¿Qué recuerdas del cataclismo de hace quinientos años..? ¿Morax te contó alguna de sus razones para aceptar atacar Kahenriah?— La mirada del adeptus se desvió fijándose en un punto del horizonte. Su agarre en su arma se intensificó, algo que ella notó.

—No estuve presente... pero nunca habló de ello conmigo, ya que mi deber era y es proteger Liyue— Contestó lo más sereno que pudo, a lo que su contraria asintió. —Morax te tiene mucho aprecio, deberías de hablar co—