A sus 19 años, Nico debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, Nico...
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El Omega rubio guarda los libros necesarios para sus clases en su mochila. Cuando va saliendo de la biblioteca, se despide de la encargada. Una de sus manos sostiene un hotdog, uno que Lewis tuvo la decencia de hacerle después de dejarlo sin cenar la noche anterior. No sabe de donde el Alfa saca dinero o comida, pero mientras tenga que comer, está bien.
Quita el papel en el que está envuelto el hotdog. Está a punto de darle la primera mordida cuando un olor fuerte a Alfa lo rodea, desconcertándolo un poco, es a tierra húmeda pero agradable para su nariz.
-¡Nico, espera!- Mark se acerca a él, por sus espaldas. Es un primo de Lewis y un año menor a ellos -Tengo que darte esto.-
-Hola, Mark.- le habla con una sonrisa correspondiendo al leve gesto que hizo el contrario.
Por lo que él sabe y ha escuchado hablar, Mark era un Alfa amable y bueno, como Kimi. Así que por eso Nico se siente tranquilo de tenerlo cerca. Sus ojos son de un tono avellana y su cabello es de color negro, haciendo un hermoso contraste con su bronceada piel, Sus facciones varoniles están bien marcadas, pero eso no evita que el aura de 'niño pequeño' que transmite el pelinegro, se pierda.
-Mira, la señorita Abby te envía esto- le entrega un papel bien doblado. -Si aceptas, debes firmar ahí, en la línea de abajo.-
Nico lo abre y es una nota, donde la maestra le pide de favor al Omega darle asesorías a Mark en álgebra. Nico tuerce los labios, mirando el rostro esperanzado del Alfa.
-¿Qué tanto lo necesitas?- muerde su hotdog y habla con la boca llena.
-Bastante. Éste no ha sido mi mejor semestre.-
-¿Cuál es la calificación de tu último examen?- se apoya en una pierna, mirándole fijamente.
-Un... 25 de 100.-
-Estás jodido.-
-Lo sé, gracias- rie. -¿Entonces?-
-Está bien, lo haré. Amh...- se mueve, buscando donde dejar su comida. -Sostenme esto un momento.-
-Claro- el chico lo toma, sonriendo.
-¿Tienes un lapicero?-
Mark asiente, buscando en el bolsillo de su mochila. Saca uno de tinta negra y se lo pasa a Nico. Mira como el Omega firma con dificultad, apoyando el papel en la palma de su otra mano.
-¿Es todo?- Toma de nuevo su comida y pone una mano sobre su estómago. Sólo quiere llegar a casa y dormir.
-Ajá- mueve su cabeza de arriba a abajo, luego sonríe viendo el marcado vientre de Nico -¡Wow! Está creciendo, Nico. Jamás pensé que Lewis llegaría a tener cachorros. La tía Elizabeth está furiosa.-
Nico tuerce los labios. Lo sabía, porque el día que Lewis le dijo a su madre estuvo ahí. Y lo trató como la peor basura del mundo. Dijo que era un Omega fácil y aprovechado.
