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En el transcurso del recorrido del autobús hasta la plaza comercial a la que se dirigía, Nico no dejó de pensar en la plática que tuvo con Lewis

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En el transcurso del recorrido del autobús hasta la plaza comercial a la que se dirigía, Nico no dejó de pensar en la plática que tuvo con Lewis. ¿Tan mal Omega era?, cuando era más pequeño y hasta hace unos meses atrás, su madre le decía que sería un buen Omega. Tenía caderas anchas para tener cachorros y muslos gruesos, la cosa favorita de los Alfas. Los Alfas amaban a los Omegas con carne de donde agarrar o morder durante sus celos, ellos no querían a un Omega escuálido y sin chiste. Nico tenía todo eso. A veces pensaba que Lewis era un Alfa 'especial' y no le gustaba de ese tipo, como él. Aunque de ser así, no lo hubiese llamado para ayudarlo en su celo. Y tampoco sus muslos debieron de haber quedado completamente magullados de tantas mordidas y apretones que le daba. Aún cree tener marcas de ese día y fue hace poco más de 4 meses.

¿Será que el Alfa de Lewis no sienta nada al tener a Nico cerca? Porque Nico sí sentía y mucho. Hasta cuando no estaban cerca, su Omega aullaba y se retorcía en su pecho por ir en busca del Alfa y verlo al menos un segundo. Cuando estaban cerca, su Omega chillaba por atención del Alfa y desprendía un olor dulce para demostrárselo y no dejaba de hacerlo hasta que Lewis lo mirase, aunque sea, de reojo. Al pecoso siempre le pareció atractivo el Alfa, en algunas oportunidades lo veía por la escuela y pensaba que tenía una bonita sonrisa, porque sí, había visto a Lewis sonreír, pero sólo con sus amigos y cuando eso pasaba, quedaba encantado por lo hermoso que se veía el Alfa con las comisuras de los labios elevadas y con unas lindas arruguitas a los lados de sus ojos. Nunca había sentido la necesidad de estar todo el tiempo a su lado o al menos, tener algo que oliera a él para calmar su sed. Él piensa que es el embarazo que lo deja así. Tal vez, el bebé necesitaba protección, más de la debida.

El autobús para justo fuera de la puerta del centro comercial. Se dirige hasta la sección de restaurantes, donde lo espera Sebastian, su mejor amigo, un hermoso Omega de cabello rubio y ojos como el mar. Es un chico delgado, él no tiene los muslos rellenos o las caderas anchas como Nico, pero a Kimi parecía gustarle así. Tal vez muy en el fondo, Nico deseaba que con Lewis fuera de la misma manera.

-Hola, Nico, ¿cómo estás?- Él ya está en una mesa, solo y comiendo algo de comida china.

-Hola, Seb. Algo cansado, ¿y tú?-

-Estoy bien, gracias- acerca un tenedor de plástico blanco para que Nico comiera también. -Pensé que debías estar hambriento.-

Y sí, mucho. La manzana que comió en la mañana no había sido suficiente. Su estómago rugía y ardía por ser llenado de lo que sea.

-Bastante.- revela, picando un poco de pollo agridulce con la punta del tenedor.

-Y... ¿Cómo es la vida con Lewis? ¿te trata bien? Kimi dice que es algo bruto contigo.-

¿Qué debía contestarle? ¿Qué el Alfa era un puto mamón con él, o que apenas y hablan?

-Sí, lo es. Bastante. Pero no solemos hablar
mucho, ¿sabes?, sólo lo necesario.-

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