A sus 19 años, Nico debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, Nico...
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Abre sus ojos, centrándolos en la nada. Aún es temprano y oscuro. Suspira, alargando su brazo al otro lado de la cama, sintiéndolo vacío y frío. Agradece que el aroma a coco y vainilla siguiera presente en su almohada después de haber transcurrido una semana y le fuera reconfortante, porque cada momento donde la soledad lo agobiaba y el fantasma de su presencia lo perseguía por cada rincón de la casa, sentía que su lobo y él por igual enloquecían ante la falta del Omega. Aspira fuerte, llenado sus pulmones con el tenue olor para luego pararse y comenzar su día. Era día de clases y debía asistir.
Prepara su desayuno, en silencio, sin aquella voz aterciopelada a sus espaldas preguntándole cosas innecesarias y sin sentido. Tampoco hay suaves murmullos de canciones adolescentes, ni muchos menos caricias inconscientes en estómagos hinchados. Se había acostumbrado a tener al rubio siempre cerca de él, aunque le costara aceptarlo.
Empaca todo y lo mete a su mochila. Después, se asea y se viste con unos pantalones ceñidos, un suéter ligero y las botas que siempre usa. Camina hasta la escuela, nunca toma el autobús porque ahí desperdicia dinero y lo necesita. Llega temprano, como siempre, pero tiene suerte de que Jenson también lo hace. En su salón, el beta está sentando en su lugar y cuando lo ve entrar, le sonríe.
-Buenos días, Lewis.-
-Hola, Jenson- le revuelve el cabello y se sienta a su lado.
El Beta bufa.
-Odio que hagas eso.-
-Lo sé- sonríe.
-Y... ¿has hablado con Nico?-
Su sonrisa cae y hace una mueca, negando con la cabeza.
-No he podido, todo el tiempo está acompañado.-
-Deberías intentarlo, Nico es bueno y apuesto a que te escuchará.-
-Aún así, ¿qué le diría?-
-Podrías empezar disculpándote. Deberías tratarle con cuidado. Es un Omega embarazado y siente mucho las cosas. Además, hoy debes hablarle si o si, ¿Para cuándo está programada la cita que pediste?-
-Hoy.-
-Entonces, ¿qué esperas?-
「🏎️」
Es el receso y sale caminando, con su mochila en el hombro y su desayuno en la mano. Entra a la cafetería y lo primero que nota es a las Omegas con las hormonas alborotadas voltear a verlo, sonriendo y saludando de manera coqueta, pero como siempre, las ignora. Mira por sobre todas las cabezas, buscando una especial, una lacia y rubia tan conocida por el Alfa. El sonido de su meliflua risa se escucha no muy lejos de donde se mantiene de pie. Está a una corta distancia sentado en una mesa junto a Mark, su primo y una joven Alfa, no conoce su nombre pero sabe que es Alfa, es mejor amiga de su primo y ha asistido a varias fiestas "familiares".