𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 13

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Victoria

Me quedé acostada por un rato en mi cama, estaba agotada de caminar en la fiesta, lo primero que hice fue quitarme los tacones que me mataban ya

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Me quedé acostada por un rato en mi cama, estaba agotada de caminar en la fiesta, lo primero que hice fue quitarme los tacones que me mataban ya.

Después de unos minutos me coloque la pijama y guarde el vestido en el armario, el día de hoy Bruno dormiría con Alessandro .

Quería verlo, estaba entre el si y el no de irlo a ver, que más da no creo que a Bruno le importe si voy .

Salí de mi habitación, la puerta de Alessandro estaba un poco abierta y se escuchaban sus voces .

Iba a tocar la puerta,Pero me detengo al escuchar la voz de Bruno.


—Alessandro.

—¿Ahora que quieres?

—Te enamoraste de Victoria ¿Cierto?

—¿Que? De dónde sacas tanta estupidez.

—Solo responde .

¿Por qué diría eso?, todo se quedó en silencio mi corazón empezó a palpitar más y más rápido esperando una respuesta,hasta que Alessandro vuelve a hablar.

—Por supuesto que no, solo me divierto con esa niña, jamás sentiría algo por ella .

"Jamás sentiría algo por ella" sentí que mi mundo se fue abajo, la persona a la que le creí todo, confíe en el y solo dice eso a mis espaldas, es un imbécil.

No pude escuchar y regresé a mi habitación, ya no aguantaba y me rompí a llorar. Y yo que pensaba no ir a Rusia por el, solo por el .

Toda la noche no había dormido bien me quedé pensando, ¿Que hago mal? ¿Acaso todo lo que me dijo fue una mentira? ¿Algo de lo que me dijo fue real?, quería respuestas Pero no quería ni ver su maldita cara .

Al revisar mi celular me di cuenta que no había dormido casi nada y ya eran las ocho de la mañana, me tenía que levantar .

Entre al baño para darme un baño con agua fría, Ví mi reflejo en el espejo esa no era yo, tenía los ojos inchados, el cabello todo enredado .

Tome el baño, me puse lo primero que encontré y baje para desayunar, abajo ya estaban el señor Nicolás, chiara y Dario .

—Buenos días Victoria .

—Buenos días señor Nicolás— Conteste mientras me siento en la mesa .

Mientras esperábamos la comida, el señor Nicolás no me quitaba la mirada de encima, ¿Noto acaso mis ojos inchados?, ahora que le diré, traigo los ojos inchados por qué su hijo lastimo mis sentimientos.

𝐿𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑚𝑒𝑡𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑚𝑎𝑓𝑖𝑜𝑠𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora