𝐿𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑚𝑒𝑡𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑚𝑎𝑓𝑖𝑜𝑠𝑜

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 16

Victoria

—No puedes aunque sea llamar y decir estoy bien hermano.

—No seas un exagerado Dimitry.

—Soy tu hermano me preocupo por ti y más por qué estás lejos, el colombiano te sigue los pasos .

—Y Además le llamé a mi padre diciendo que estoy bien.

—A mi nadie me avisó nada .

—Tranquilo aquí en Italia estoy segura nada me va a pasar.

—Y quien me lo asegura tu prometido— Dice  desde el celular.

—Te lo aseguro yo, ahora necesito colgar.

—Si no quieres hablar ya conmigo solo dímelo—Habla con voz dramática.

—Eres un maldito dramático, tengo cosas que hacer genio—Bufé .

—Cuidate hermanita linda .

—Tu igual cuidate ahora no estoy para cuidarte la espalda— Dije antes de colgar la llamada .

Si no puedo salir mucho de esta carcel entonces tendré que involucrarme más en tus negocios.

Baje las escaleras varios hombres, Pero está vez cada vez que pasaba todos agachaban las miradas al suelo o miraban a otro lado .

Cada vez en esta casa están más extraños,Pase por los pasillos y llegué al despacho donde supongo se encuentra Alessandro, un hombre al frente me impide pasar .

—Necesito Hablar con tu jefe .

—El Capo está ocupado, señora— Habla el hombre.

—A ver dos cosas una te dirges a mi como Señorita y dos no me interesa si esta ocupado, queda claro.

—Si señorita, Pero de igual forma no puede pasar—Advierte .

Ignore sus advertencias y lo hice a un lado entrando en el despacho se encontraba Alessandro con varios hombres a su alrededor planeado algo al parecer.

—Interrumpo algo— Hablé haciendo notar mi precensia.

Alessandro alza la mirada hacia donde estoy, su mirada de enojó es lo que lo hace ver mejor, Pense que me sacaría a mi del lugar Pero en su lugar saca a todos en ese mismo instante.

—Quiero a todos fuera— Ordena Alessandro.

Todos los hombres en segundo pasaron a un lado mío  y se fueron, puedo parecer que  estoy loca, pero todos se fueron corriendo, de verdad ¿Le tenían mucho miedo?, ¿Cómo eres ahora  Alessandro? Para que te tengan ese miedo .

—Que necesitas Victoria— Vuelve a hablar.

—Que un hombre no me siga las veinte cuatro horas del día ¿Eso se puede?— Me senté al frente de el .

—Sabes que no—Dice tomando un trago al vaso de whisky.

—Entonces me tienes que meter en tus negocios — le  mencioné .