Cap. 4

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Temo







— ¿Y ésta? — pregunta Diego con una sonrisa —.
Bombero buenorro salva a gatito de irse por el desagüe.

— Te la compro — digo.

— Y yo — replica él con una sonrisita de suficiencia.

— ¿Qué vas a hacer éste fin de semana? — pregunta Carlotax  sin dejar de trabajar.

— Nada — contesta Diego —. Con suerte ver a Mateo.

— Yo tampoco tengo nada — suspiro.

Carlota aparta la vista de la pantalla.

— Pensaba que te ibas a casa a ver a tu novio.

Me encojo de hombros.

— Sí, iba a ir, pero hemos hablado 4 minutos en 10
días y no me ha llamado ni una vez.

Doy una vuelta en la silla mientras pienso en lo deprimente
que es mi situación.

— Rompe con él y quedate con Michel.

Pongo los ojos en blanco. Michel trabaja en nuestra
planta, y éstos días ha estado deambulando cerca de mi mesa y haciéndome plática .

— Le gustas — masculla Carlota —. Se pasa el día aquí
revoloteando cómo una mosca.

— Qué pena — Sonrío al verlo hablar con otros — porque
no está nada mal.

Michel es italiano, y es tan alto, moreno y atractivo,parece modelo . Por desgracia, su personalidad no es ni la mitad de bonita que su cara. Se burla de la gente y
habla de sí mismo en tercera persona.

— Buf — resopla Diego, que abre los ojos con asco —. ¿Y
de qué hablarían?

— No hablaría con él; le pondría una mordaza en la boca y
se lo follaría, tonto — explica Yosy sin dejar de mirarlo. Y
añade en un susurro —: Seguro que la tiene cómo un toro.

Nos entra la risa a todos.

— ¿Y tú qué haces éste fin de semana? — pregunto a Yosy.

— Irá a ver si caza a algún ricachón — dice Diego.

— Ya ves.

Me vuelvo hacía ella.

— ¿Y eso qué significa?

— Que voy a los mismos antros que los chicos  con plata.

— ¿Por? — pregunto frunciendo el ceño.

— Me niego a acabar con uno que esté tieso.

Se me desencaja la mandíbula del horror.

— Entonces… ¿te casarías con un chico  sólo por dinero?

— No — dice mientras se encoge de hombros —. Puede. —
Aparta la vista de la pantalla y susurra —: Ay, no, ahí  viene.

Llega Michel y se sienta en la esquina de mi mesa. La
jefa de planta se ha tomado el día libre, por lo que ni se molesta en fingir que trabaja.

— Hola — saluda con una sonrisa.

— Hola — respondo sin emoción.

«Vete, que sólo haces el ridículo».

— A Michel le antojaba ver a su compi favorito.

Miro al estúpido ser humano que tengo delante.

— ¿Porqué hablas de tí en tercera persona? — pregunto.

LA ESCALA 《ADAPTACIÓN ARISTEMO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora