- Aristóteles - susurro - Compórtate.
Me acomodo el pantalón.
Sonríe con la cara enterrada en mi cuello y me acerca más
a él. Me roza los labios con los suyos mientras me acuna el
rostro. Es un beso lento, largo y pausado, y, antes de darme
cuenta, estoy de puntillas.- ¿Cenamos juntos? - musita.
- Mmm.
Sonrío mientras me acaricia la cara. Éste beso no deja
lugar a dudas. Es seductor, sensual y promete satisfacción
sexual.- ¿A qué hora te recojo?
- Depende.
- ¿De qué?
- De si te crees con derecho de decirme qué ponerme y
qué hacer.Sonríe con dulzura. El corazón me dá un vuelco; no me ha
sonreído así desde la noche en que nos conocimos.- Perdóname - susurra, y vuelve a besarme - Sólo
quería que te pusieras mi conjunto favorito para mirarte
embobado. - Se lanza a por mi cuello cómo sino pudiera
contenerse - No era mi intención ofenderte.- ¿Hace falta que seas tan brusco conmigo? - susurro
mientras me roza la mandíbula con los dientes.- Así soy yo.
- El hombre que conocí en el avión era divertido y
despreocupado.Me sonríe mientras me aparta el pelo de la frente.
- Nuestro encuentro fué un lujo que no me he podido
permitir nunca.- ¿Y eso?
- Tuve la oportunidad de ser anónimo.
Nos rozamos los labios y le acaricio la barba.
- ¿Porqué aquí eres tan distinto? - susurro.
Se aparta de mí y se vá a su mesa.
- Soy quién tengo que ser, Temo. Alguien divertido y
despreocupado no puede dirigir un imperio con éxito.Me quedo mirándolo con aire pensativo.
- Entiendo. En ese caso, supongo que debo declinar la
invitación.- ¿Por?
- Porque yo quiero pasar la noche con Ari.
Me mira a los ojos.
- El director ejecutivo Aristóteles Osorio no me interesa. Me
importan un comino tu dinero ó tu poder.Se me queda mirando un buen rato, cómo si estuviera
procesando lo que acabo de decir.Me acerco a él y lo beso suavemente.
- Dile a Ari que me recoja a las 7 - susurro, y le paso
la lengua por los labios - Lo echo mucho de menos.Me mira con cariño.
- Veré qué puedo hacer.
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Vuelvo a mi planta y me siento en mi silla.
-¿Cómo te fue ha ido? - susurra Diego sin dejar de teclear -
¿Has hecho que suplique?- Madre mía, se me dá fatal lo de hacerme el duro -
confieso, y suspiro.- Cómo a todos - replica Carlota con una sonrisita.
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LA ESCALA 《ADAPTACIÓN ARISTEMO》
Hayran KurguBienvenido a bordo al que será el mejor viaje de tu vida, querido Temo. Sujeta bien tu cinturón y agárrate muy bien porque pasaremos por turbulencias. El champán y el servicio fueron impecables. Y el hombre de ojos cafés sentado a mi lado fué inclu...