Agradecer en primer lugar a las personas que interactúan con la historia, ya sea dando una estrella o comentando, muchas gracias ❤️💕
La fiebre de Aegon no disminuía, y los maestres, preocupados por su estado, decidieron llenar la bañera con agua fría en un desesperado intento de controlar la temperatura. Lo llevaron con cuidado, temerosos de que cualquier movimiento brusco pudiera agravar su situación. El agua fría parecía ser lo único que evitaba que la fiebre consumiera por completo al joven príncipe.
Cuando finalmente lo sacaron de la bañera y lo colocaron de nuevo en la cama, ya con sábanas limpias y todo preparado, Aegon abrió lentamente los ojos, su mirada perdida y vidriosa. Rhaenyra, quien no se había movido de su lado, se acercó rápidamente, acariciando su cabello mojado.
-Aegon...- susurró con ternura-Estoy aquí, no estás solo. Toda la familia está contigo.
Aegon, aún desorientado por la fiebre y la presentación adelantada de su casta, comenzó a olfatear débilmente a su alrededor, tratando de identificar los aromas que lo rodeaban. La expresión de los maestres se tornó alarmante al ver su comportamiento.
-¡Todos fuera, ahora!- gritó uno de los maestres, su voz cargada de urgencia.
La familia, aunque desconcertada, obedeció de inmediato, saliendo apresuradamente de la habitación sin saber qué estaba ocurriendo. Pero Ser Arryk, que había estado vigilando con atención, se negó a salir.
-¡Sal ahora!- ordenó el maestre más experimentado-Si Aegon detecta el olor de un alfa en este estado, podría entrar en celo, y eso sólo empeoraría su condición.
Ser Arryk, comprendiendo la gravedad de la situación, salió de la habitación a toda prisa, cerrando la puerta tras de sí con firmeza, dejando a los maestres solos con el príncipe.
Después de lo que pareció una eternidad, el maestre más experimentado salió de la habitación con una calma inquietante, como si nada hubiese pasado. Pero el recuerdo de su grito desesperado aún resonaba en los oídos de la familia.
Rhaenyra, incapaz de contener su preocupación, se acercó de inmediato al maestre.
-¿Qué sucedió? ¿Está mejor?- preguntó, su voz temblando ligeramente.
El maestre, consciente de la tensión en el aire, se tomó un momento antes de responder, sabiendo que cada palabra sería crucial.
-Mi princesa, el príncipe Aegon está despertando ya como omega dominante. Por ende, sus instintos también se están intensificando. Si percibe el olor de un alfa, corremos el riesgo de que entre en celo, lo que solo empeoraría su condición- explicó con seriedad.
El silencio en el pasillo se volvió tenso. El maestre, notando la expectación de todos, continuó con la voz ligeramente temblorosa.
-Lo más preocupante es que el príncipe necesita percibir olores para que su casta termine de presentarse, pero lo más recomendable sería que fueran de otro omega. Sin embargo, en el castillo solo habitan alfas y betas. Por eso, mis majestades, me tomo el atrevimiento de sugerirles algo-
Daemon, perdiendo la paciencia, exclamó con frustración: -¡¿Qué cosa, maldita sea?!-
El maestre, sintiendo la presión, respondió con cautela: -Los príncipes menores, mis altezas-
Alicent lo miró con el ceño fruncido, incrédula. -¿De qué hablas?-
-Mis altezas, los príncipes menores aún son muy jóvenes para saber si serán omegas o alfas, por lo que su olor tiene esa inocencia que se necesita. Esto podría ayudar a que el proceso de presentación del príncipe Aegon se complete, acelerando su recuperación. Por eso se requiere la presencia de los menores solamente. Pero no se preocupen, no estarán solos. Mis ayudantes estarán con ellos en todo momento- concluyó el maestre, con un tono que intentaba transmitir calma, aunque su preocupación era evidente.

ESTÁS LEYENDO
Segunda vida. JACEGON
FanfictionAgonizando se encontraba el actual rey Aegon II Targaryen, envenenado por su propia gente, lo mas curioso que en su agonía no tenia deseos de vivir, a estas alturas para que pensaba el joven rey, no tenía a nadie, sus hermanos, sus hijos, su madre...