Capítulo 65: ¡El gran carnaval en el pueblo de Morecambe!

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No mucho después de que el árbitro pitara el final del partido, el trofeo de la Liga Inglesa, ya preparado por el guardameta encargado del campeonato, fue llevado al campo y colocado en el estadio.

Parte del personal rápidamente construyó un sencillo podio en el centro del estadio. Esto ya lo tenían previsto: si Morecambe ganaba hoy, lo montarían por adelantado; de lo contrario, lo retirarían. Estos trabajadores, con mucha experiencia, hicieron el montaje de forma rápida.

En solo unos cinco minutos, todo quedó listo. Un nuevo podio se alzaba en el estadio de la ciudad de Morecambe.

"¡Oh oh oh!", gritaban los fanáticos en el lugar, cada vez más emocionados ante la cercanía de este momento histórico.

Bajo esta atmósfera, los jugadores de Morecambe se colocaron uno tras otro en el podio con sonrisas, esperando el momento de alzar el trofeo. Su capitán, Zlatan Ibrahimovic, caminó hacia el trofeo, listo para levantarlo.

"Lane, vamos juntos", dijo Lucas, quien le dio una palmada en el hombro al señor Ryan y lo llevó al podio.

Como ya había mencionado, Lucas quería que Ryan, quien había trabajado tanto por el club durante décadas, sostuviera el trofeo junto a Ibrahimovic. Este veterano merecía ese momento.

Mientras Lucas y Ryan caminaban al podio, Ibrahimovic regresaba con el trofeo en mano, listo para levantarlo en cualquier momento.

"Ibrahimovic, levanta el trofeo con el señor Ryan", dijo Lucas con una sonrisa.

Ibrahimovic asintió y, con una amplia sonrisa, hizo un gesto de invitación a Ryan. Los demás jugadores de Morecambe también dirigieron su atención a Ryan, quien con una sonrisa caminó al frente del escenario.

"¡Oh oh oh!", coreaban los aficionados, y justo en ese momento, Ibrahimovic y Ryan colocaron sus manos debajo del trofeo. El rugido de los jugadores comenzó de forma suave, pero fue creciendo en volumen hasta que todos gritaron con júbilo, levantando sus brazos y celebrando.

¡Bang! ¡Bang!

Del lado del podio, los tubos de serpentinas estallaron, cubriendo a los jugadores de Morecambe en medio de la celebración.

"¡Oooo...!"

Desde las gradas, los gritos apasionados de los fanáticos se hicieron sentir aún más. Muchos de ellos no pudieron contener las lágrimas, agitaban sus brazos con entusiasmo, disfrutando al máximo el momento. ¡Ochenta y un años de espera! ¡El primer título de Morecambe!

"¡Viento! ¡Viento! ¡Viento!", gritaban espontáneamente los aficionados, refiriéndose a la persona que había traído el cambio. No importaba cuántas veces lo mencionaran, estos fanáticos nunca se cansaban.

Pero la celebración no se limitó al estadio. Afuera, decenas de miles de fanáticos que no lograron ingresar adivinaron lo que sucedía adentro al escuchar los gritos. Inmediatamente, comenzaron a ondear las banderas de Morecambe y, vestidos con sus uniformes del equipo, celebraban en las calles.

Sus cánticos incluso superaron en intensidad a los de los fanáticos dentro del estadio, y pronto la celebración se extendió por todo el pueblo.

"¡Abuelo, Morecambe, campeón de liga!", gritaban los jóvenes, llamando por teléfono a sus familiares. "¡Papá, sé que trabajas duro fuera, pero hoy Morecambe ganó el campeonato!"

Este pequeño pueblo estaba lleno de generaciones de fanáticos de Morecambe. Los abuelos y padres nunca imaginaron que verían a su equipo ganar un campeonato. Hoy, sin embargo, los jóvenes y las nuevas generaciones finalmente presenciaron este día.

El fútbol, ​​en esta región de la península británica, se transmite de generación en generación como un legado. En un lugar pequeño como Morecambe, la gente solo tiene un equipo que apoyar, y eso crea una gran unión y devoción.

Mientras tanto, en las tabernas locales, los fanáticos más veteranos esperaban con ansias la noticia mientras tomaban un trago. En un momento, la emisora local anunció:

"¡Es oficial! ¡Temporada 2000-2001, campeón de la Liga Inglesa, Morecambe! ¡Ganaron el título con 12 jornadas de anticipación, haciendo historia en la liga!"

En ese instante, los fanáticos en las tabernas no pudieron contener su emoción.

"¡Oh oh oh!"

"¡Campeones! ¡Campeones!"

"¡Finalmente lo logramos!"

"¡El próximo año vamos a por el campeonato de la Liga Dos! ¡Y luego por la Premier!"

Los fanáticos se abrazaban, compartiendo el éxtasis del momento. No pasó mucho tiempo antes de que salieran corriendo a las calles, donde otros fanáticos se reunían. Todos se congregaron en la calle principal del pueblo, esperando la caravana triunfal del equipo.

Quizá alguien pregunte, ¿por qué tanta euforia por un título en la cuarta división? Pero para los fanáticos de Morecambe, este logro significa todo. Solo aquellos que han vivido esta cultura futbolística en la península británica pueden entender lo que significa este campeonato para ellos.

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"El triunfo no está en vencer siempre, sino en nunca rendirse." —Napoleón Bonaparte

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El Desafío del Fútbol: Fichar a Messi y Cambiar el JuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora