VIDEO GAME

23 4 1
                                    

—¿Vas a volver tarde a casa, Jungeun?— preguntó Tiffany, empaquetándole el almuerzo a su hija.— Tengo una mesa libre esta noche y la reservé para ti y Yerim, porque vais a ganar ese trofeo como siempre quisiste.

—No hacía falta mamá, pero gracias de todas formas. Estoy segura de que les haremos papilla a todos.— se abrazó a su cuerpo, superándole por altura.— Además, Yerim me comentó que ama tu restaurante.— sonrió a lo grande.— ¿Podría pedirte otro favor?

—Después de haberme ayudado ayer, todo favor se te es concedido.— acarició su mejilla, dejándole su bocadillo en la mochila.— ¿De qué se trata?

—Me habías dicho también que Lisa Manoban vendría de nuevo... Bueno, Yerim es su mayor fan y...— rascó su nuca.— Pensaba en que estaría bien sorprenderla un poco.

—¿Quieres que Lisa se siente en una mesa cercana?— abrió los ojos como platos, ante la petición de la adolescente.— Pensaba que me ibas a pedir algo más difícil.— le palmeó el hombro, riendo.— Sí, está bien. Mientras seas puntual.

—Sí mamá, gracias por todo.— le volvió a abrazar, dejando su cabeza en su hombo, reposándola con cuidado.— Me voy, o Yerim me castigará por volver a llegar tarde a la cancha.

Había pasado casi un mes desde que Yerim se atrevió a acercarse a ella, y los rumores no se hicieron de esperar. Algunos pensaban en que Yerim podría estar utilizándola para que le hiciera los deberes. Otros que Jungeun había llamado la atención de la chica más popular del instituto. Y por si no fuera poco, muchos de los amigos de Yerim se acercaban a la castaña para amistarse con ella. 

Aunque no todos miraban esto con buenos ojos, pues tanto Sooyoung como Jiwoo sabían que acabaría mal la cosa. O al menos eso veía Yerim, quien habló con estas dos para prometerles que no tenía malas intenciones con Jungeun. Al creerle sus palabras y ver que ciertamente estaba enamorada de la castaña, entonces pudieron dejar sus diferencias atrás.

Ahora, la responsabilidad de protegerla caía en manos de la mayor, quien seguía mirando a Jungeun con esos destellos de sus ojos. Estaba completamente enamorada de ella, sin tapujos, sin censuras. Sólo quería que fueran ella y el mundo, que nadie más les viera quererse. Aunque estaba claro que, Yerim tenía mucho miedo por si le rechazaba la castaña. En más de una ocasión le dio señales obvias para poder confesarse, pero Jungeun era un poco idiota y despistada...

Jungeun llegó a la cancha en su bicicleta, sonriendo por ver a Yerim arreglarse la falda de deporte que llevaba. Ella a cambio tenía unos pantalones hasta las rodillas y una camiseta de correr puestos. Se acercó a la pelinegra corta y le asustó por detrás, envolviendo unos brazos alrededor de su pequeño cuerpo.

—¡Estúpida, casi se me sale el corazón!— le pegó en el pecho, desafiándole con la mirada.— A la próxima verás de lo que soy capaz.

—¿Tú crees? Te saco diez centímetros, no creo que de aquí puedas vencerme.— igualó alturas con ella, burlándose descaradamente. De repente, Yerim dio un golpe en sus partes íntimas, tirándole al suelo.

—Pero de ahí sí te gano.— sacó su lengua burlescamente, ayudándole a levantarse.— El torneo es dentro de cinco horas, así que tenemos que ir trazando un plan. Te pasaré el volante y le das tú, porque como sabrás...— sacó su raqueta de la mochila.— Soy una debilucha, y a la mínima podremos irnos eliminadas.

—No te preocupes por ello, aunque perdamos...— le miró con intensidad, admirando su belleza.— Para mí siempre serás una ganadora.— le sonrió ligeramente, también sacando su raqueta. La mayor se quedó paralizada por las lindas palabras de Jungeun, quien ya había sacado el primero punto con el voltante.— Concéntrate, el oponente no dejará que se te metan más moscas en la boca.

Yerim cerró los labios, riendo a lo grande por la gracia de la castaña. Vio cómo Jungeun sacó con fuerza, elevando el volante hacia el aire. Yerim fue a rematar, girando su mano para hacer un ángulo de treinta grados, logrando ganarse el punto esta vez.

Estuvieron toda la mañana practicando, descansando y almorzando. Fueron tres horas benditas para ambas, pues pasaron mucho más tiempo del que pensaban. En el instituto no cambiaba nada, pues Yerim no se avergonzaba de tener a Jungeun a su lado. No negaba que sentía cómo le juzgaban todos, sin embargo el amor le podía más que el orgullo. Metió en problemas a las chicas que se burlaban de Jungeun, y acabaron expulsadas de la institución.

También se empezaon a sentar juntas en clase, pasándose notas por debajo de las mesas, riéndose de cualquier mensaje que ponían. De todas las veces que se encontraban en la cafetería para hablar, Jungeun amó cada una de ellas. Se sentía bien, emocionada, feliz... Feliz de que alguien, aparte de su familia, Sooyoung y Jiwoo, le entendiera a la perfección. Yerim no le juzgaba y le quería honestamente.

Al volver de la cancha, mientras escuchaba música en sus auriculares que ella misma fabricó, fue corriendo a ducharse y ponerse ropa adecuada para el torneo. Amaba el deporte, y no fue hasta hace tres semanas cuando comenzó a ir intensamente al gimnasio. Sus músculos aumentaron y cambió sus gafas de leer por lentillas, haciéndole más sexy de lo que ya era. Algunos susurros decían que ya había una fila de chicas queriendo tener el contacto de la castaña en sus móviles.

—Hija, ten mucha suerte. Cualquier cosa me dices, y si ganas, te estaremos esperando con los brazos bien abiertos y muchos besos.— abrazó Taeyeon a Jungeun, antes de irse al centro comercial.

—Gracias mamá, ya puedes soltarme.— se desapegó de ella riendo y tomando su mochila se fue hacia el instituto. Era un viernes un poco frío, aunque jugarían dentro de las instalaciones. Miró hacia su derecha, donde estaba la ventana frontal del cuarto de Jinsol. Vio cómo su figura casi se asomaba y sintió pena por ella, por lo que le hizo.

No olvidaría jamás cómo se dejó influenciar por los rumores y las malas lenguas. A veces pensaba en que se merecía todo lo que le hizo su ex novia, sin embargo gracias a Yerim, empezó a tener amor propio. 

Llegando al instituto, vio a casi todos los estudiantes pendientes de ser llamados para entrar. Buscó a Yerim por la multitud, y una vez la encontró se apresuró a ir tras ella. Al alcanzarla, le abrazó por detrás y escucharon las palabras de los profesores.

—Iremos llamando por parejas, así que prestad atención a los nombres...— al verle con un listado, Jungeun se puso nerviosa y Yerim lo notó. Vio cómo sus manos temblaban y le tranquilizó besándole los nudillos. Jungeun finalmente pudo calmarse, gracias a los cariños que le hacía.— Jisoo y Jennie contra Minhyuk y Taemin, campo uno... Taehyung y Jungkook contra Taeyong y Soyeon, campo nueve... Jungeun y Yerim contra Miyeon y Yuqi, campo cuatro.

Al ser nombradas y saludando a sus compañeras, fueron a los vestuarios a dejar sus pertenencias en las taquillas. Cerrándolas con llave, se las dejaron a la recepcionista y se apresuraron a por raquetas nuevas. Por orden de alfabeto, Yerim agarró primero la suya, y unos turnos más tarde Jungeun. 

—Vamos a aplastarles, y ganaremos como nos merecemos.— susurró la pelinegra, tranquilizando a Jungeun, quien aún no se concienciaba de aquello.— Te verán jugar, y podrás destacar entre todos, y serás la mejor, mi amor.— la castaña al escuchar aquellas últimas dos palabras, entró en un estado de vergüenza. 

Sin tiempo para preguntarle sobre ello, entraron para jugar la primera ronda, disputada a las tres de la tarde, bajo los paneles de aire fresco del gimnasio del Seoul Masters Economic Institute.



mención a LapapaAsesina, quien no para de acosarme para que subiera un capítulo de esta vaina rara.

comentarios sobre el "mi amor" de yerim hacia jungeun¿?

loquísimo hermano, me cago encima.

me tiré un pedo, chao.

i'm gonna marry you | lipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora