C7 Casualmente cruel como ella

13 3 1
                                    

Salimos del apartamento con Iara, la invite a casa a pasar la noche, no nos veíamos hace días, ella me dijo que había cosas que me quería contarme, quería ayudarme a planear como entrar en el instituto sin que nadie sospechara. 

Llegamos al auto de ella y comenzó a sonar la radio, sonaba una canción de Dúa Lipa, era su cantante favorita. Compartíamos muchas cosas, somos amigas desde pequeñas, la música era una de ellas. 

—¿Que me tenias que contar?

—Papa esta menos exigente conmigo. Nota que estoy saliendo mas, dice que hice nuevos amigos que eso me va ayudar mas para ser una persona responsables y eso. 

—Por dios Iara, tienes 21 años ¿El a que llama una persona responsable? No te deja hacer nada, ni siquiera mudarte sola. Te tiene en una maldita bola de cristal. 

—Lo se, y se lo dije. Me dijo que iba a intentar ser menos exigente conmigo, que va a intentar hacerse la idea de que me vaya algún día. Pero tengo miedo que descubra lo de la banda ¿Si alguien nos vio por alguna cámara o algo? 

—No creo, eso lo tienen bastante controlado. El Señor X es una persona demasiado prevista, no creo que salgamos en ninguna cámara y si así fuera, la policía no toco nuestras puertas, lo que quiere decir que...

—¿Que?

—Que nadie sabe Iara, no pasa nada por el momento, recuerda, no te alteres por cosas que no pasan todavía, te puede dar algo. 

—Si lo se, lo lamento— Le tomo su mano y le sonrió para que sepa que eso no me molesta. No me molesta en lo absoluto todo lo que habla, solo me preocupa que algún día le pueda pasar algo respecto a su salud por preocuparse de mas. Siempre esta sobre pensando las cosas, siempre un paso mas adelante. Solo tiene que relajarse y dejarse llevar, se que es difícil, a mi me cuesta mucho eso, y estoy pensando la mayoría de las veces, pero yo tengo los minutos y las horas contada si no consigo un corazón, Iara no, Iara tiene una vida por delante y si no estoy para verla quiero que por lo menos se acuerde de algunas cosas que dije en algún momento. 

Llegamos a casa, Iara guarda el auto en nuestra cochera. Salimos del auto y la ayudo a bajar sus cosas, entramos por un puerta que da a uno de los comedores que rara vez se usa, salvo que vengas de la cochera y quieras sacar un auto. 

Subimos a mi habitación y dejamos todas sus cosas, bajamos por algo de comer ya que no habíamos cenado. Pedimos pizza para dos personas, cuando cuelgo el teléfono escucho como la puerta principal se abre de par en par y me comienzan a llamar. Para mi mala suerte mis padres acaban de llegar, le dio un mirada rápida a Iara que capta enseguida y vamos con ellos. 

—¿Que paso— Pregunto mientras veo como papa se saca su saco y mama se quita el de ella, me hacen una seña para que me siente en el sofá que hay enfrente de ellos. 

—Amara, ¿Por que no nos dijiste lo de tu estado medico?

—¿Estado medico?— Iara me mira y yo cierro los ojos fuertemente, digamos que no le conté a nadie, quería estar segura y estar preparada para decirlo. Al no poder responder nada mama comienza hablar. 

—Nos llamo el doctor Amara, nos dijo que esta vez se complico, estas subiendo de lista porque tu corazón no puede aguantar situaciones de estrés. ¿Qué tipo de situaciones te generan ese estrés.

—Muchas, pero dudo que les interese mucho, ya cumplimos con una de sus metas, que yo suba de lista para seguir sonriendo en las fotos. 

—No seas infantil Amara, no quisiste decir nada para dar lastima, te encanta jugar el papel de la victima, admítelo de una vez. 

—Sabes mama, me encanta en realidad jugar ese papel. Por eso no acepte la estúpida obra, por que lo único que me parece es estúpida. Y para que sepas esta es una situación de estrés. Tu me levantas la voz, yo te levanto la voz y luego voy a mi habitación para controlar los pulsos de mi corazón para que no salga corriendo. 

La Suerte está Echada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora