Amara
Deje el auto estacionado en el mismo sitio que lo fui a buscar. Era un estacionamiento abandonado muy lejos del centro de la ciudad. Dejé mi auto y lo cambié por el auto del Señor X. Él había dejado una nota, que no me preocupara por el mío, ya que la única cámara que había en ese lugar la manejaba él y el auto estaría seguro.
Subí a mi auto y me fui a casa, tomé mi teléfono y tenía algunos mensajes de Iara, de mis papas, nada, como era de esperarse, no sospecharan nada, nunca. Ellos asumían que yo estaba con Iara o algo, nunca me pedían muchas explicaciones. De camino a casa me di cuenta que el viaje no estuvo tan mal.
La compañía de Charlie no fue mala, pero no es de mi gusto estar con él. Es alguien que todavía no logro descifrar, aunque debo admitir que tenemos cosas en común.
Llegué a casa pasada la medianoche, sabía que mis papás estarían tomando el té en el salón. Decidí entrar por la parte de atrás, daba con la cocina. Entre me serví un vaso de agua con una pizza que encontré en la heladera. Cuándo estaba subiendo muy despacio para entrar en mi habitación los escuche hablar y me detuve.
—¿Una banda de jóvenes?
—Si, y dicen que es una banda muy buena. Manejada por uno de los más grandes ladrones. No se sabe quién es, ni quiénes son los chicos todavía. Pero estuvieron en la fiesta de los Blossom y robaron unos cuadros.
—¿Amara no fue a esa fiesta?
—Claro que no cariño, nuestra hija no va a ese tipo de fiestas. Tranquila.
Seguí subiendo las escaleras y las voces se escucharon cada vez menos, me encerré en mi habitación. Claro que ellos pensaban que yo no había ido a la fiesta porque nunca iba a eventos así, si lo hacía era con ellos, eso me dejaba tranquila.
Lo que no me dejaba tranquila era que papá supiera de una banda de jóvenes que roban en fiestas bastantes privadas, porque él sabía que no eran cualquier persona y movería todo para atraparlos. Tenía que contarle a todos.
Me recosté en mi cama, estaba preocupada pero no lo suficiente como para avisar a esta hora, recién llegaba de viaje y aunque hubiera dormido casi todo el viaje no podía dejar de estar cansada. El doctor me contó que esto podía pasar por las nuevas medicaciones no ayudaban mucho en el estado que estaba.
Tome otra para apagar un poco la cabeza y poder dormir, mañana a primera hora contaría lo que escuche. El Señor X tenía que empezar a tener más cuidado con los lugares que nos mandaba, ya sabía que tenía el siguiente movimiento bajo la manga y esperaba que no sea una de las fiestas de papa porque no robamos nada con él teniendo los ojos puestos en la banda.
Me desperté por el sonido de mi teléfono. Eran las ocho de la mañana. Tenía un mensaje en el grupo, donde estaba el Señor X.
Señor X: Hoy nos vemos a las cinco pm. En el departamento, no falten.
La buena noticia era que no tenía que mandarle un mensaje a nadie contando lo que escuche de noche. Podía hacerlo a la tarde.
Tenía que volver al estudio de danza, el doctor me había recomendado tomar clases de vez en cuando, no dejarlo de golpe. Si me advierto que capaz no iba a poder dar mi cien por ciento, pero que sería bueno retomar mi rutina diaria, que deje de hacer ejercicios extras que aceleran mi corazón y lo hacen querer salir de mi cuerpo.
Lo que él no sabía, es que yo no podía no dejarlo salir, debía hacerlo, debía ponerme en esas situaciones si quería subir el puesto en la lista. Mi condición ayudaba para subir en la lista pero no tanto. Había mucha gente que necesitaba un corazón nuevo, gente que estaba a punto de morir. Pero si yo no conseguía el mío, también iba a morir.
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La Suerte está Echada
Fiksi RemajaAmará es un chica de buena familia, su padre es el alcalde de la ciudad. Charlie vive en un barrio simple, siempre tienen los justo y lo necesario. Amará es una bailarina por su madre y no es lo que dicen las revistas y tampoco su familia. Charli...