12 - Quédate

1.1K 54 6
                                    

PDV Violeta

Yo no sabía cómo Chiara podía quitar su caparazón por momentos y luego ponerla como si jamás la hubiese quitado.

Ya llevábamos meses con esa "relación" de ¿amigas con derechos? ¿jefa y empleada con derechos? O lo que sea que éramos y habían pasado exactamente dos meses y diez días desde que me besó. Todo estaba bastante personal ahora, teníamos el lugar aquel de las cabañas como nuestro espacio secreto, pasábamos ahí los fines de semana, haciendo de todo, comiendo e incluso conversando. Chiara se volvía otra persona cuando estábamos solas o cuando no tenía que huir de mi papá y en esos momentos me gustaba más que nunca.
Me sonreía siempre y tenía una hermosa versión solo para mí. No nos habíamos besado de nuevo y tampoco hablamos de ello, pues habíamos hecho una promesa.

Aunque anhelaba que me besara otra vez.

No se había acurrucado conmigo jamás, como lo decían las reglas y tampoco hablamos sobre sus cicatrices. Cada vez que sentía que ella abría las puertas de su corazón y su mente algo la cerraba inmediatamente.

Siempre dije que solo quería obtener una noche con ella, pero en ese punto ya había tenido muchísimas noches con ella, la había tenido en todos los espacios físicos posibles y no me sentía satisfecha, más bien cada vez quería más de ella.

Era fin de semana, las 8 de la noche, estaba en mi bañera casi dormida cuando entro una llamada a mi celular.

- Hola

- Babe

- ¿Qué tal? - pregunté sonriendo cómo tonta.

- Hoy tuve una reunión de mierda ¿Paso por ti en 10? - se escuchaba frustrada y cansada.

- Claro, te espero.

La llamada terminó y yo me terminé de duchar. Decidí dejar mi pelo suelto porque estaba húmedo y porque sabía que le encantaba. Me puse unos shorts cortos y una camisa celeste, además mis tenis blancos.

Cuando baje las escaleras me quede congelada al ver a papá hasta el hígado de borracho siendo básicamente arrastrado por su secretaria en mi dirección.

- ¿Está todo bien?

- Esta todo... genial ¿Por qué crees que no? - dijo casi inentendible.

Una ola de preocupación sacudió mi cuerpo.

- Esta bien Violeta. Solo bebió de más - habló la rubia.

Ella últimamente estaba viniendo mucho a nuestra casa.
Ellos tenían algún tipo de relación que no entendía pero que realmente no me importaba

- Cuida de él - dije pasando por su lado.

- Tú cuida de ti... y de mi...- hablo mi papá.

Me giré para mirarlo confundida, pero ellos ya habían desaparecido en las escaleras.

Estuve afuera 8 minutos hasta que ella llegó. Le hice una seña de silencio que le hacía cuando papá estaba en casa así que no se bajó del coche y esperó a que me subiera para salir lejos de ahí. Una vez la tensión de huir se fue me giré y la vi con un traje café y aspecto cansada.

- Hola - dije mientras me estiraba para besar su hombro.

- Hi - dijo ella y acarició mi pierna en forma de saludo.

El viaje fue silencioso hasta llegar al hotel que siempre frecuentábamos. Nuestra cabaña ya tenía incluso cosas de nosotros, porque Chiara era tan asquerosamente rica que había alquilado casi "permanentemente" esa cabaña, así que nadie la usaba además de nosotras.

La socia de mi padre - Kivi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora