CAPÍTULO 3

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El campus en el que nos encontrábamos nada tenía que ver con el de secundaría que estaba situado en una zona más céntrica. Aquello era más grande y espectacular en todos los sentidos de la palabra. Su historia era tan extensa e impresionante que tardé varios días en ponerme al día y estudiarme cada rincón del campus. Me gustaba ser precavida y estar informada de todo lo que pudiera. Además del edificio principal, en el que nos encontrábamos, había otros dos repartidos por todo el lugar, con características muy similares en cuanto a dimensiones y arquitectura, pero que tenían su propia imagen. Su propia identidad.

Las fotos de la página web no le hacían justicia. Quien hubiera diseñado aquello debió de ser un auténtico prodigio de la arquitectura. Casi todo era de mármol o madera, incluso había zonas donde el arte moderno destacaba bastante, pero a pesar de ello, conseguía mantener una armonía impresionante con el resto de la decoración.

Este año el sistema educativo cambiaba por completo. Durante los siguientes dos años cada uno se especializaría en una rama académica concreta: Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud o Bellas Artes. El curso pasado tuvimos varias sesiones en las que un orientador nos explicaba las características de cada rama, los estudios que cursaríamos y las salidas laborales que tendríamos.

Entre las tres ramas tuve que elegir una. Me pasé parte del verano sumida en una gran indecisión a causa de ello. Por un lado, estaba el mundo del arte. Una pasión que me inculcó mi madre y que con el tiempo me había llevado a apuntarme a clases de pintura. Durante ocho largos años, mi mundo había girado en torno al arte, cada cumpleaños me regalaba lienzos y pinturas que usaba para crear todo tipo cuadros, de los cuales algunos decoraban las paredes de casa y otros habían sido regalos.

Por otro lado, en los últimos dos años, había empezado a interesarme el mundo empresarial, un ámbito en auge y que me había proporcionado una visión y conciencia del mundo que antes no tenía o que simplemente ignoraba, pero que representaba uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad. Había leído varios libros de economistas que criticaban las políticas económicas de países como Estados Unidos, China, Alemania y como no, Inglaterra, de su visión del mundo y de cómo se regía. La medicina, también fue una opción que consideré en un principio, pero me pareció demasiado... complicado y lo descarté al de poco. Por tanto, la decisión debía estar entre el arte y la concienciación de la sociedad.

Tras elaborar una larga lista de pros y contras de cada uno de ellos, al fin, para alivio de mis padres, quienes habían estado ayudándome durante semanas, tomé una decisión. No había sido fácil, pero estaba casi segura de que no me arrepentiría de ello.

Al ser la primera semana de clases la mayoría acudimos al edificio principal para la gran presentación. Así como para nuestras tutorías y consultas generales. Prácticamente tuvimos que correr para llegar a tiempo al Salón de Actos. Un espacio enorme semicircular donde se celebrarían los actos y anuncios más importantes del año.

La presentación, en su mayoría la dio la directora. Una mujer joven, de pelo oscuro y ojos claros. Vestía de forma casual, lejos de la etiqueta y formalidad que era común entre los profesores y altos mandos. Contra todo protocolo ella había decidido presentarse tal y como era, ganándose varias miradas de desaprobación de sus colegas, ante su falta de decoro.Nos asombramos de lo joven que era en comparación con los dos profesores que se entraban de pie a cada lado y quienes si vestían de traje. Su autoridad era indiscutible dada su posición, pero hablaba con un tono despreocupado que podía pasar perfectamente por una de nosotras.

Su charla no duró mucho, lo suficiente para que nos dieran los primeros y más esenciales detalles sobre el curso, las reglas a seguir y los eventos más importantes que se celebrarían a corto plazo, entre ellos el Baile de Otoño, ante la cual se formó un revuelo de excitación medio contenida, sobre todo entre la facción femenina. Las próximas explicaciones quedaron en un segundo plano, lo que provocó que varios profesores nos mandaran callar en más de una ocasión.

HERENCIA DE SANGRE Y MAGIA (HEREDERA MALDITA I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora