CAPÍTULO 7

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Una leve punzada en mis sienes me despertó. Me dolía la cabeza como si me hubieran dado con un enorme mazo una y otra vez, por no hablar de un molesto pitido en mis oídos. Sentía cada músculo de mi cuerpo rígido y entumecido. Nunca me había emborrachado antes, pero por lo que oía a los chicos de mi clase, sus resacas mañaneras se asemejaban bastante a cómo me sentía en ese momento. Aún con los ojos cerrados me pasé las manos por la zona donde sentía una mayor palpitación. Mis dedos rozaron una zona sensible y el escozor hizo que gimiera levemente.

- Se está despertando – anunció una voz.

- Adele... cariño. – noté unas manos que me acariciaban con suavidad.

En cuanto fui capaz de enfocar mis ojos, lo primero que vi fue la ensangrentada alfombra cubierta con restos de la mesa de cristal.  Entonces empecé a recordar la escena del disparo, mis manos hurgando en Derek en un intento desesperado de sacarle las balas. Todo había sido real. Mis ensangrentadas manos eran prueba irrefutable de que no había sido ninguna pesadilla.

Con la ayuda de mi madre conseguí incorporarme en el sofá, tardé un par de parpadeos en deshacerme del mareo e ignorar el martilleante dolor de cabeza. La sangre seca de mis manos me produjo unas terribles nauseas y rememoré todo lo que me había visto obligada a hacer. Mi corazón dio un vuelco al no ver ningún cuerpo y como si lo hubiera invocado, Derek apareció en el pasillo. No fue su desnudez de cintura para arriba lo que me dejó sin habla, sino el hecho de que estuviera ahí de pié. Vivito y coleando, como si no le hubieran disparado nada menos que tres balas, ni haber sufrido una operación totalmente improvisada por una adolescente.

El desgraciado no tenía ni siquiera una cicatriz de la chapucera intervención que le hice. Ni siquiera rastros de sangre. Todo en él era perfecto. Entonces me fijé en las balas que le extraje.  "¿Quién coño usa balas de madera hoy en día?" fue la primera pregunta que me vino a la cabeza, la siguiente la hice a viva voz para que todos pudiera oirla.

- ¿Qué eres? No soy ninguna experta en regeneración celular ni nada por el estilo, pero estoy casi segura de que ni siquiera las lagartijas tienen semejante capacidad, mucho menos un ser humano. No digamos después de haber recibido tres balazos en pleno pecho. Tendrías que estar muerto. - me pasé las manos por el pelo desquiciada. - ¡joder, deberías haberte desangrado mucho antes de que yo te abriera en canal! - empecé a hiperventilar.

- Eso es porque Derek no es... humano. - dijo mi madre. - Es... - exhaló un suspiró - ... un vampiro.

- ¡Si claro! - dejé escapar una risotada. Aunque por alguna razón no me parecía tan descabellado, más que nada por que estaba ahí de pié cuando debería estar en el suelo, muerto.

- Y los hombres que entraron anoche también lo eran. - continuó mi padre. - Las balas que usaron contra Derek están hechas de madera que es letal para los vampiros y teniendo en cuenta la parálisis que le provocó, debieron de estar embrujadas también. - miró a mi madre y ésta asintió frunciendo el ceño hacia el pequeño plato. 

Supongo que eso explicaba porque parecía que lo estuvieran quemando y la razón por la que se habían negado a llamar a una ambulancia. Socorrer a un vampiro no era algo de lo que los sanitarios estuvieran acostumbrados, bueno ningún humano en realidad. Su existencia se limitaba a aparecer en cuentos de hadas, en historias de terror, en mitos...

- ¿Y porque no ha podido... curarse él solo? - no sé si era acertado basarme en esas historias para conocer las características y habilidades de su especie. 

- En otras circunstancias podría haberlo hecho. - interrumpió Derek - la magia es una de las pocas... armas que pueden...destruirnos. Cualquier objeto que haya sido hechizado por una bruja es en esencia letal para nosotros.  - se cruzó de brazos y señaló el plato con las tres balas -Las toxinas vegetales de la madera son especialmente peligrosas para nosotros, ya que pueden astillarse en el impacto dificultando enormemente nuestra habilidad de regeneración y más si se les ha insuflado magia. 

HERENCIA DE SANGRE Y MAGIA (HEREDERA MALDITA I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora