La Noche

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Lana:
La ciudad estaba envuelta en una oscuridad que parecía tener vida propia, y los neones del club nocturno brillaban como estrellas en la distancia. Me sentí atraída hacia ellos como una mariposa hacia la llama. La música pulsante y el humo que flotaba en el aire como una niebla me envolvieron, y supe que había venido al lugar correcto.

Mi mejor amiga, Sara, me había convencido de venir para olvidar mi reciente ruptura con mi novio. Me había resistido al principio, pero la promesa de una noche de diversión y olvido había sido demasiado tentadora. Me había pasado las últimas semanas encerrada en mi habitación, llorando y preguntándome qué había salido mal. Pero esa noche, decidí dejar todo eso atrás.

Al entrar en el club, me sentí envuelta por la energía de la multitud. La gente bailaba y reía, perdida en la música y el momento. Me abrí paso entre la gente, buscando un lugar donde poder respirar. El aire estaba cargado de humo y alcohol, y me sentí ligeramente mareada.

De repente, una figura emergió de la oscuridad. Un hombre de 30 años con ojos como el acero y cabello oscuro que caía sobre su frente como una cortina de noche. Su presencia era imponente, y me sentí atraída hacia él como si fuera inevitable. Llevaba un traje negro que parecía hecho a medida, y su confianza era palpable.

-¿Qué buscas aquí?-preguntó, su voz baja y peligrosa. Su mirada me envolvió, y sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal.

Me sonreí, tratando de parecer más segura de lo que me sentía.

-Busco aventuras- respondí, mi voz apenas audible sobre la música.

El hombre sonrió, su sonrisa cruel.

-Has venido al lugar correcto- dijo, ofreciéndome una copa de vino rojo que brillaba como sangre en la oscuridad-Soy Kael, el dueño de este lugar.

Tomé la copa, sintiendo el calor de su mano alrededor de la mía.

-Lena- respondí, mi voz apenas se escuchaba como un susurro.

Kael me miró, su mirada intensa.

-Kael Bienvenida al infierno, Lena- dijo, su voz baja y peligrosa-Aquí, tus sueños y pesadillas se mezclarán en un cóctel explosivo.

Me sentí atraída hacia él, hacia la oscuridad que lo rodeaba. Sabía que debía tener cuidado, pero mi curiosidad me venció.

-¿Qué hay en el infierno?-pregunté, mi voz apenas audible.

Kael sonrió, su sonrisa cruel.

-Verás-respondió-Pero no te preocupes. Estarás a salvo conmigo

Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. No sabía qué había significado esa frase, pero estaba segura de que mi vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Kael me tomó de la mano y me llevó a través de la multitud, hacia un lugar desconocido. Me sentí perdida y excitada, sin saber qué me esperaba. Pero estaba dispuesta a descubrirlo.

Kael:
La ciudad estaba envuelta en una oscuridad que parecía tener vida propia, y los neones de "El Infierno" brillaban como estrellas en la distancia. Me gustaba esa hora, cuando la noche estaba llena de posibilidades.

Estaba detrás de la barra, observando a la multitud que bailaba y reía. Me gustaba ver a la gente perderse en la música y el momento. Me hacía sentir vivo.

Y entonces la vi. Una chica con ojos como la noche y cabello como el fuego. Se movía con una confianza que me llamó la atención. Me pregunté qué la había llevado a mi club.

Me acerqué a ella, sintiendo su mirada sobre mí.

-¿Qué buscas aquí?- pregunté, mi voz baja y peligrosa.

Ella sonrió, y su sonrisa me golpeó como un puñetazo.

-Busco aventuras- respondió, su voz apenas audible sobre la música.

Me reí interiormente. Esa era una respuesta que me gustaba.

-Has venido al lugar correcto-dije, ofreciéndole una copa de vino rojo que brillaba como sangre en la oscuridad.

Tomó la copa, y su mano tocó la mía. Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. No era común que me sintiera así con alguien.

-Lena-dijo, su voz apenas un susurro.

-Kael- respondí, mi voz baja y peligrosa. -Bienvenida al infierno, Lena.

La miré, y supe que la quería. No solo por su belleza, sino por la oscuridad que parecía rodearla. Me gustaba esa oscuridad.

-¿Qué hay en el infierno?- preguntó, su voz apenas audible.

Sonreí, mi sonrisa cruel.
-Verás- respondí-Pero no te preocupes. Estarás a salvo conmigo.-

No era verdad, por supuesto. No estaba seguro de si podría mantenerla a salvo. Pero quería intentarlo.

La tomé de la mano y la llevé a través de la multitud, hacia un lugar desconocido. Me sentí vivo, y sabía que nada volvería a ser igual.

Espero les haya gustado 🪽

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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