Su Alteza, por favor ámeme tiernamente

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149. El príncipe Xian está en un lío (2) 

Su Jie había vivido una vez en las montañas y era excelente en explorar áreas como esta.

Al llevar a cabo sus tareas, un guerrero que estaba dispuesto a morir por su misión debía ser extremadamente cuidadoso y no dejar rastros. Su Jie era particularmente bueno en este aspecto.

"Este hilo fue dejado por Xiao ShengXian", después de entrar al Monte Zangling, Su Jie se acercó a un árbol y tocó el hilo rojo que había en él.

"Maestro, ¿cómo sabe que fue él quien lo dejó? Después de todo, hay muchas personas que han venido y se han ido del Monte Zangling". Como había visto algunas marcas diferentes dejadas por otras personas y no había ningún nombre en esas marcas, Yue Wanzhi no podía decir quién las había dejado. Aunque estaba ansioso, no sabía cómo encontrar a Xiao ShengXian.

Además, era imposible notar ese hilo rojo sin mirar con atención. ¿Cómo lo notó el Maestro?

"Este hilo rojo es muy resistente y muy fino. Obviamente, no es barato. Si vas a subir a una montaña en busca de riqueza, normalmente, no comprarías este tipo de hilo para marcar el camino. Además, mira este hilo rojo, y estaba atado a un lugar muy discreto. En general, cuando se usa algo para marcar los caminos, la gente suele ponerlo en lugares más visibles, porque les resulta conveniente encontrar el camino de regreso. Pero este hilo está casi oculto. Obviamente, solo Xiao ShengXian haría algo así ", explicó Su Jie con paciencia.

"Maestro, ¿cómo sabía que Jiale haría algo así?" Yue Wanzhi se rascó la cabeza torpemente. Su Jie le explicó mucho, pero él todavía no entendía.

"Como es un príncipe, su identidad lo hace acostumbrado a ser cauteloso. Mucha gente quiere su vida, por lo que inconscientemente no quiere que otros sepan dónde está. Además, es muy probable que no sepa mucho sobre el Monte Zangling. Para no perderse, eligió marcar el camino de una manera tan disimulada", respondió Su Jie.

—Entonces, ¿lo encontraremos siguiendo esta señal? —Un rastro de alegría apareció en el rostro de Yue Wanzhi. Era un poco más alto que Su Jie, pero Su Jie todavía parecía más tranquilo y sofisticado que él.

"Sí", asintió Su Jie, pero su corazón se hundió. Al principio, pensó que Xiao ShengXian no regresó al campamento militar porque estaba perdido. Sin embargo, según la situación actual, lo más probable es que algo malo le hubiera sucedido a Xiao ShengXian y lo hubiera obligado a quedarse en el Monte Zangling.

El grupo siguió los hilos rojos por un tiempo, pero luego no se vieron hilos rojos.

Su Jie envió a diez soldados de élite a buscar hilos rojos cerca, pero después de un tiempo, todos los soldados regresaron y reportaron que no encontraron ningún otro hilo rojo.

"Señor, hay un acantilado a 10 metros a la izquierda y una cueva de oso negro a 20 metros a la derecha. El camino que tenemos por delante es empinado, pero no es peligroso", informó uno de los soldados a Su Jie después de comprobarlo dos veces y confirmar que no había ningún error.

"Vamos primero a la derecha", pensó Su Jie por un momento y descartó la posibilidad de que Xiao ShengXian tomara el camino que tenía delante. De lo contrario, habría dejado un hilo rojo como pista. En ese caso, lo más probable era que Xiao ShengXian fuera al acantilado de la izquierda o el oso negro podría haber...

"Señor, no es probable que vaya por ese camino, ya que no hay rastro de sangre fuera de la cueva y no se dejaron objetos personales". Varios soldados de élite se dirigieron rápidamente hacia la derecha y buscaron. Uno de ellos incluso entró en la cueva del oso negro. Afortunadamente, ese oso negro no estaba allí.