nueve.

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𝖑𝖆 𝖒𝖆ñ𝖆𝖓𝖆 𝖒𝖚𝖞 𝖙𝖊𝖒𝖕𝖗𝖆𝖓𝖔

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𝖑𝖆 𝖒𝖆ñ𝖆𝖓𝖆 𝖒𝖚𝖞 𝖙𝖊𝖒𝖕𝖗𝖆𝖓𝖔. 𝖈𝖊𝖗𝖔

—¿Qué hago aquí? —preguntó Fyodor.

Se sentó sobre la silla de escritorio vacía en la habitación de Ranpo. Tenía el cabello revuelto y un atisbo de sueño de la noche anterior le recorría el rostro al igual que a Nakahara y a Ranpo. Dazai parecía tan despierto como siempre.

—Tú estuviste anoche afuera de la fiesta ¿no? —bostezó Ranpo subiéndose la manta sobre los hombros y metiendo la cabeza en ella. No se había molestado en alisarse los mechones.

—Si ¿y eso qué tiene que ver aquí? —Entrecerró los ojos, por sueño, por sospecha.

—Primero te vamos a explicar las cosas —dijo Chuuya.

Estaba recostado sobre la cama de Ranpo, con las piernas colgándole y la suela de sus pantuflas rojas rozando la alfombra. Su pijama de rayas rojas hacía juego con su cabello.

Dazai fue elocuente al explicarle sus sospechas a Fyodor. El castaño tampoco se había molestado en arreglarse un misero segundo, llevaba un pantalón oscuro y una sudadera de la escuela. Después le explicó su pequeña travesía detrás del estrado, lo que habían oído.

—Alcance a ver a alguien de blanco, pero no le vi la cara —continuó Chuuya—. Ah, pero la voz era inconfundible, era Slora. Y, además, ella dijo que él trató de besarla y que "no había hecho nada malo".

Chuuya se incorporó, recargó la espalda en la pared fría al lado de Ranpo.

—Aja, entonces ¿Qué hago aquí? —Fyodor alzó las cejas, se pasó los dedos por los mechones oscuros.

Su pijama que era una sudadera y un pantalón a juego combinaba con la de Ranpo. Les dirigió una mirada a los tres hombres sentados en esa pequeña habitación. Dazai alzó un dedo.

—Eso es mi estimado amigo. —Le sonrió y recargó sus codos en sus rodillas—. Queremos saber si viste a Slora salir de la fiesta y a qué hora.

Fyodor se agarró el entrecejo con dos dedos largos y pálidos y una mueca de disgusto se formó en sus labios descoloridos.

—Me estas diciendo que me trajeron aquí, a las siete de la mañana, un domingo, para chismear sobre si Slora tiene una relación secreta con nuestro maestro de estructura poética ¿es eso?

—Básicamente —murmuró Ranpo, que tenía la cabeza recargada en la pared y los ojos cerrados.

—¿Y para qué? ¿A alguno le interesa Slora?

—No —respondió de inmediato Dazai y recargó la espalda en la silla de escritorio de Edgar—. Al menos a mi no, pero ¿Qué es la vida escolar sin un drama?

Una vida para la muerte | bungou stray dogs |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora