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La fortaleza se alzaba frente a mí como un gigante sombrío, sus paredes oscuras y cubiertas de musgo me daban una sensación de inquietud. La tensión en el aire era casi palpable, y el eco de mis pasos resonaba en los pasillos vacíos. A medida que me adentraba, sentía cómo cada latido de mi corazón se amplificaba, recordándome que estaba atrapada en un lugar desconocido, lejos de la seguridad de mi hogar.

—¿Qué hacemos ahora? —mi voz tembló ligeramente al dirigirme a Changbin, quien caminaba a mi lado con una expresión seria en el rostro.

—Primero, necesitamos hacer contacto con otros que estén aquí. Puede que haya alguien que sepa más sobre este lugar y cómo salir —respondió, su mirada escaneando los alrededores con una intensidad que me hizo sentir un poco más segura.

Me sentí aliviada de tener a Changbin a mi lado. A pesar de su apariencia seria, había algo reconfortante en su presencia. Mientras avanzábamos, noté que varios jugadores se agrupaban, murmurando entre ellos. La idea de unirnos a un grupo me parecía un tanto aterradora, pero también necesaria. No estaba sola en esto; había otros que compartían mi incertidumbre.

—Parece que algunos están formando grupos para explorar —dije, señalando a un grupo de tres chicos que discutían acaloradamente.

—Eso puede ser útil. Tal vez debamos unirnos a uno de esos grupos —sugirió Changbin, su voz firme.

Antes de que pudiéramos acercarnos, una figura apareció de entre las sombras. Era un chico alto, con el cabello negro y unos ojos que brillaban con una mezcla de determinación y preocupación. Su presencia era imponente, pero había algo intrigante en él que capturó mi atención de inmediato. ¿Quién era?

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó, su voz resonando con una autoridad que hizo que todos nos volviéramos a mirarlo.

Changbin se enderezó. —Estamos tratando de encontrar respuestas. Muchos de nosotros no sabemos por qué estamos aquí ni cómo salir.

La mirada del chico se intensificó, como si estuviera evaluando cada palabra. —He estado escuchando rumores de que algunos jugadores no han regresado. Es como si estuvieran desapareciendo.

El aire se volvió denso, y un escalofrío recorrió mi columna vertebral. Miré a Changbin, su expresión era grave, pero me transmitía una extraña sensación de seguridad. Sin embargo, no podía ignorar el temor que se instalaba en mi pecho.

—¿Desapareciendo? —pregunté, mi voz apenas un susurro.

—Sí, y necesitamos actuar rápido. No podemos permitir que eso nos pase a nosotros —respondió el chico, y sus palabras resonaron en mi mente como un eco ominoso.

Changbin se puso de pie, su postura mostraba una confianza que me infundió un poco de valor. —¿Cuál es el plan?

—Formemos un equipo —propuso el desconocido—. Necesitamos más personas si queremos sobrevivir. Debemos explorar, encontrar suministros y, lo más importante, descubrir qué está sucediendo aquí.

Mis pensamientos se agolpaban en mi mente. La idea de formar un equipo sonaba prometedora, pero ¿qué pasaría si no logramos salir? La ansiedad creció en mi interior, pero la determinación en la voz del chico me hizo sentir que tal vez, solo tal vez, había esperanza.

—¿Y si hay más monstruos? —preguntó una chica con un tono tembloroso, mostrando la inquietud que muchos de nosotros compartíamos.

—Entonces lucharemos —respondió Changbin, y su firmeza me dio un pequeño empujón de valentía. Todos comenzamos a murmurar, y el aire se cargó de nerviosismo pero también de determinación.

El desconocido comenzó a presentar el plan y, al llegar mi turno, respiré hondo. —Soy Orianna. No tengo mucha experiencia con videojuegos, pero puedo ser útil en la estrategia y ayudar a planificar.

—Yo soy Changbin —dijo, sonriendo, y mi corazón dio un pequeño salto ante su mirada amigable.

Mientras el grupo se organizaba, la tensión se disipaba un poco. La figura que había hablado antes comenzó a moverse entre nosotros, organizando a los demás.

—Yo soy Hyunjin —dijo el chico de cabello negro, su voz suave pero firme—. Y creo que todos necesitamos unirnos para sobrevivir a esto.

Su presencia era cautivadora, y no podía evitar sentirme un poco tímida al mirarlo. Había algo en su mirada que me fascinaba, y me preguntaba si era fuerte, si podía protegernos de lo que acechaba en la oscuridad. Un pequeño susurro de deseo se asomó en mi pecho, pero lo reprimí. No era el momento para distraerme con pensamientos sobre desconocidos.

—Yo soy Mina —dijo una chica de cabello largo y oscuro que estaba a mi lado—. Tal vez podamos buscar alguna pista sobre cómo salir de aquí.

—Soy Jisoo —dijo otra chica con una sonrisa—. Estoy dispuesta a ayudar en lo que sea.

El grupo se presentó, y la determinación en sus miradas me hizo sentir un poco más segura. A pesar de la inquietud, sabía que debía mantenerme fuerte. No estaba sola en esto. Tenía a Changbin a mi lado, y aunque la incertidumbre reinaba, la fuerza de nuestro grupo me llenó de valor.

—Dividámonos en grupos pequeños —sugirió Hyunjin—. Cada grupo explorará diferentes partes de la fortaleza. Necesitamos información, y si encontramos algo útil, debemos reunirnos aquí.

El grupo aceptó el plan, y aunque estaba un poco asustada, el sentido de unión me alentó a seguir adelante. Changbin y yo nos unimos a un pequeño grupo que se aventuraría a explorar una de las alas traseras de la fortaleza, junto a Jisoo y Mina.

—¿Estás lista? —me preguntó Changbin, su mirada seria pero cálida.

—Listísima, aunque un poco asustada —le respondí, intentando mostrar valor, aunque mi voz traicionaba mis nervios.

—No te preocupes, estoy aquí —me dijo, dándome un suave apretón en el hombro, y sentí que esa simple acción me daba fuerzas.

Mientras nos adentrábamos por un pasillo estrecho, observé las paredes cubiertas de grafitis extraños y marcas que no comprendía. La atmósfera era tensa, y el eco de nuestros pasos resonaba en el silencio. De repente, un ruido resonó detrás de nosotros. Me giré rápidamente, y vi que la puerta por la que habíamos pasado se cerraba de golpe.

—¿Qué fue eso? —mi corazón comenzó a latir con fuerza.

Changbin se giró, y su expresión se tornó seria. —Nos han atrapado. No podemos regresar ahora.

El grupo se miró, el miedo era palpable, pero también había una chispa de determinación en nuestros ojos. A pesar de la inquietud, sabía que debía mantenerme fuerte. ¿Qué más podía hacer?

Hyunjin se acercó, su mirada fija en mí. Había algo en su expresión que me hizo sentir nerviosa y emocionada al mismo tiempo. No sabía quién era, pero la forma en que me miraba parecía conocer la gravedad de la situación. Me sentí un poco cohibida bajo su mirada, preguntándome si alguna vez llegaría a saber su nombre.

—¿Listos para avanzar? —preguntó, su voz clara y firme.

A medida que comenzamos a avanzar, me di cuenta de que la determinación en su mirada era contagiosa. Tal vez, juntos, podríamos descubrir lo que nos esperaba en este juego. Mientras explorábamos, no podía evitar robarle miradas a Hyunjin. Su carisma y su postura me intrigaban; me preguntaba si era fuerte, si podría protegernos de lo que acechaba en la oscuridad.

Con la esperanza de que, al final, podríamos regresar a casa, me comprometí a enfrentar los peligros que se presentaran, con la certeza de que no estaba sola. Changbin estaba a mi lado, y aunque la incertidumbre reinaba, la fuerza de nuestro grupo me llenó de valor.

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⏰ Última actualización: Oct 03 ⏰

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