Prefacio

3 0 0
                                    

Sujeto el cuchillo con fuerza y vuelvo a enterrarlo en el pecho de mi víctima. Una sonrisa victoriosa se forma en mis labios y continúo apuñalándolo, viendo como la vida se escapa de su cuerpo y como la adrenalina crece en mi interior.

Resoplo y me pongo de pie. Mis piernas habían comenzado a doler por estar agachada por tanto tiempo. Me había entretenido toda la noche, persiguiéndolo, llevándolo al bosque y ahí matarlo.

Dejo el cuchillo lleno de sangre en su estuche dentro de la mochila y vuelvo a colocármela en los hombros. Sacudo mis manos, quitando el supuesto polvo de ellas y las contemplo por un momento, están manchadas de sangre.

La lluvia de nieve ha comenzado. Miro el cadáver en la hierba. Estoy segura que cuando llegué el amanecer estará cubierto de nieve y posiblemente tarden días en encontrar su cuerpo. Mucho mejor.
Paso un mechón de cabello por detrás de la oreja.

Él realmente se lo merecía. Sabía que no puede enfrentarme sin recibir su merecido. Él sabía muy bien como terminan las personas que me subestiman y yo no soy esclava de nadie.

Paso árboles secos, perdiéndome en el bosque. La adrenalina todavía recorre mis venas y el frío no es problema para mí en este momento.

Tardo un buen rato en salir del bosque y con la zuela de los zapatos piso el pavimento. Me quedo en el medio de la calle, el rostro cursa mi mente y una sonrisa maliciosa aparece en mis labios. Caerá en mis garras y me vengaré.

Entro al pueblo después de una hora de camino. No me duelen los pies, me siento mejor que nunca. Odio cuando me obligan a tomar el asqueroso medicamento, no me deja ser libre y me deja en un estado de quietud que me asfixia.

Estoy cerca de la casa, unas cuadras más y podré estampar mi precioso martillo en su cara. Debía ser paciente si quería que todo saliese como lo había planeado.

Unos focos de luces me hacen cerrar los ojos, cegándome por un momento y por inercia coloco mi mano, tapándolos. Cuando logro adaptarme, veo un auto a unos cuántos metros. Sigo caminando por el medio de la calle, sin miedo a que me arrastre con él.

La luz se vuelve más potente cada vez que se acerca y me detengo cuando aparca a mi lado. Miro en su dirección y veo el interior del coche. Bingo. Mi víctima ha venido a por mí. Una sonrisa maliciosa se forma durante unos breves segundos.

Él usa lentes oscuros a toda ahora y a pesar de ser medianoche. Lo único que realmente me importa es encajar el cuchillo en su pecho, su sangre salpicar mi ropa, triturar su cabeza con mi martillo y romperle los huesos con este mismo.

Asomó la cabeza por el hueco de la ventanilla.

—¿Estás bien, E? —parece preocupado por sus cejas unidas.

Finjo la mejor expresión asustadiza que tengo y modifico mi tono de voz.

—He...He isto a un hombre con un cuchillo y matar a otra persona...y he salido corriendo cuando me vió...intenté defenderme pero tengo miedo —entrecorto mi voz a propósito.

—Llamaremos a la policía. Sube.

Abrió la puerta de copiloto para mí e intenté ocultar mi sonrisa victoriosa. Siempre has sido tan ingenuo.

No dudé en subir y sin colocarme el cinturón de seguridad, él arranca adentrándose a la ciudad.

Esta noche habrá otra persona muerta

Double (Esta es mi forma de amar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora