†08†

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Después de aquella noche, Dex y yo hemos estado repitiéndolo a escondidas. Nunca había tenido tanta actividad sexual en toda mi vida como ahora. Ahora estaba en nuestra habitación, Dex estaba haciendo el almuerzo.

Sostuve los tickets, eran entradas para el acuario más famoso del país para dos personas. Ahora no recordaba quién me lo había dado, y recuerdo que tenía una tarjeta de una psiquiatra y creo haberla perdido, porque he revisado en todos lados y nada.

Fruncí los labios y la puerta se abrió. Benjamín entró con una sonrisita y cerró a su espalda.

—¿Qué te trae por aquí? —le pregunto.

—¿Qué? ¿No puedo venir?

—Claro, claro. Pero no nos hemos visto mucho en los tres días que hemos estado aquí. Has estado muy ocupado con tu novio.

—Y tú con Dex.

Me tensé.

—¿Qué? ¿Crees que no me daría cuenta? Él es muy obvio, no lo he visto sonreír tanto. Incluso está cantando mientras hace el almuerzo. Lo estuve hablando con Ernesto porque también se dio cuenta, y me dijo que la única vez que había visto a Dex así, era cuando empezó a hablar contigo. —se cruzó de brazos—. Así que dime, ¿se han arreglado?

Hice un mohín con los labios. Me había atrapado.

—Algo así.

Él aplaudió, alegre.

—Pero cuéntame cómo fue, no te saltes los detalles.

Miro las entradas entre mis dedos.

—Te invito al acuario y te cuento.

—¡No me tomes las bolas! ¿En serio?

Le cubrí la boca con toda la atención en nosotros. Habíamos ido a por un café después de estar casi toda la tarde en el acuario. Nos tomamos muchas fotos con los animales marinos de fondo. Hace tiempo que no salíamos solos, y sé que en parte era culpa mía.

—Que si, es cierto. Sólo no vuelvas a gritar.

Él negó aún con mi mano en su boca y lo dejé hablar.

—Es que no lo puedo creer, tía. Te dejo unas horitas y ya le estás comiendo el coño a una tía que no conoces y dejándote taladrar por tu crush de toda la vida. Es que menudo trío.

Solté una risita, recordando aquella noche y una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.

—Solo me dejé llevar.

—Pues fue lo mejor que hiciste, sinceramente. ¿Y cómo fue después?

—Ayer lo repetimos en el departamento de Selene. Creo que todo esto se quedará en Alemania.

—Como en Las Vegas. "Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas".

—Si, algo así.

Nos quedamos en silencio cuando la camarera nos trajo nuestro pedido. Benjamín tomó un sorbo de su café e hizo una mueca.

—Joder, pero casi y hierve solo.

—Por eso siempre pido café templado.

—¿Y cómo te sientes con todo lo que ha pasado?

—No sé, no he tenido tiempo para pensar o digerir las emociones. Simplemente, no lo sé, ¿cómo debería sentirme?

—Ya tendrás tiempo para eso. Solo tengo miedo que llegues a enamorarte de lo que tienes y no sea correspondido con la misma intensidad.

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⏰ Última actualización: Oct 03 ⏰

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Double (Esta es mi forma de amar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora