Marie Jeanne Storm siempre fue una chica bastante protegida, ¿y cómo no?, si es la única hija de una bruja del aquelarre Géminis
Jamás creyó quedar embarazada a tan corta edad
Pero de alguna manera sintió que todo salió de su cerebro aquella noche
H...
*ૢ✧.""This is my fight song, Take back my life song, Prove I'm alright song..."˚ ⚘ ˏ'
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Noah Stilinski se miraba al espejo de su oficina en la comisaría, ajustándose la corbata con un leve gesto de insatisfacción. Pasaba sus dedos por su cabello con frustración.
-Debería haberme cortado el cabello -dijo en voz alta, mirando su reflejo con una mezcla de duda y resignación.
Stiles, apoyado contra el marco de la puerta, levantó una ceja con una sonrisa burlona.
-Papá, alguien de tu edad debería conformarse con tener cabello. -Su tono estaba cargado de ironía, aunque claramente no estaba siendo malintencionado.
Marie Jeanne, que estaba en la habitación con Anniebeth en brazos, sonrió y se acercó un poco más.
-Te ves bien, Noah. -dijo con una amabilidad genuina. Noah se giró hacia ella con una sonrisa suave.
-Gracias, hija que debí tener. -respondió con una calidez en la mirada, aunque enseguida volvió a fruncir el ceño, luchando con su corbata nuevamente-. Esto es una mala idea. -empezó a quitarse la corbata con un movimiento rápido, como si quisiera deshacerse de ella y de la presión que sentía.
Antes de que pudiera hacerlo, Stiles se acercó y lo detuvo, colocando una mano sobre la de su padre.
-Oye, oye, es solo una cita. El pueblo de Beacon Hills no va a implosionar porque salgas con una mujer. -le dijo, con una mezcla de calma y humor. Luego añadió con una sonrisa astuta-. O con un hombre, si es lo que te va.
Noah rodó los ojos.
-Es una mujer. -declaró, asegurándose de que Stiles lo entendiera bien-. Y es una mujer muy hermosa.
Stiles alzó una ceja, claramente más intrigado ahora.
-¿Y quién es esa mujer tan misteriosa? -preguntó con tono curioso.
Noah lo miró con una expresión severa, aunque había un brillo de humor en sus ojos.
-No te incumbe. -respondió, sabiendo perfectamente que eso solo aumentaría el interés de Stiles.
Antes de que Stiles pudiera replicar, un grito rompió la relativa calma de la comisaría.
-¡Stilinski! -se oyó la voz de alguien con rabia.
Todos se giraron hacia la fuente del sonido. Un chico joven estaba siendo sujetado por dos oficiales mientras lo llevaban hacia una celda en la parte trasera. Era Donovan, un criminal que estaba esperando su juicio en unos días.
