Rayos de luz entre sombras

Capítulo once: Lo incorrecto, siempre será lo más atractivo.

¿Estarías dispuesta a estar con el villano que seria capaz de destruir los sentimientos de otra chica para salvar los tuyos? 

Porque yo si.

 Y Nicka también.

Nicka

Cada segundo que pasaba un nuevo sentir surgía, cada uno más intenso que el anterior, lo que en mi cuerpo él inspiraba, estar ahí sumergida en sus brazos, se sentía como estar subida en una nube que viajaba al compás de nuestros labios, que me trasladaba a cada partícula de mi cuerpo que estaba cegada por su encanto, por la magia con la que sus manos viajaban por mi cuerpo... el éxtasis, fue exquisito.

Sentir su tacto sobre mi piel, aun así, sin quitarnos la ropa, sentir sus labios sobre los míos fue la cosa más adictiva que pude probar, la manera en que tomo mi nuca y guio el beso, cada caricia, la necesidad que crecía por quedarnos así, sumergidos en la adrenalina de ser encontrados, cada mirada de deseo, deseo por querer más, por querer seguir, de querer querernos.

Para nuestra desgracia y la salvación de mi virginidad, fuimos interrumpidos por sus amigos, debo reconocer que fueron agradables y tengo que agradecerles el que nos hayan interrumpido.

En mi interior no estoy tan agradecida, pero otra parte de mi si lo está.

-Mierda- expresa Jenn después de escuchar una hora de como hubo la posibilidad de que me acostara con Jason.

-Es todo lo que dirás? - pregunto en un tono desesperado por escuchar un sermón o que se yo. – Y tú Noa?

Noa se ve un tanto distraída, pero aun así responde.

-Yo que? - me mira con ese desinterés que la caracteriza.

-Qué opinas de... qué te sucede?

Nos mira a Jenn y a mí con confusión y desagrado.

Alguien está de malas.

-A mí?

-No Noa, a mi- la vacila Jenn.

-Mira estúpida, déjame quieta.

-Qué te pasa? ¿Todo bien? - pregunto ahora más seria.

Noa no es de las que se pierde detalles de un cuento, y el que este tan distraída solo significa dos cosas, que tiene algún problema o está enamorada, por supuesto la segunda no es.

La tensión que se plasma en el ambiente de mi habitación es incómoda.

-E-eh... bueno- duda en hablar y eso causa ansiedad en mi ser.

- ¡Habla por dios! - dice la ansiosa número dos, Jenn.

-Creo... creo que me gusta alguien-confiesa- pero muchísimo y no sé qué hacer.

Ante semejante confesión puedo imaginar las caras que tenemos Jenn y yo en este momento.

Pasan algunos minutos en los que ninguna dice ni una palabra, hasta que nuevamente es Noa quien rompe el silencio.

-Solo paso... enserio no sé cuándo-hace una pausa- solo paso.

-Joder- exclama Jenn- Una porque casi la desvirgan y la otra está enamorada... y todo en cuestión de un día, genial.

Yo sigo en shock sin saber que decir o hacer. A ver, estamos hablando de Aihnoa, mi Aihnoa, la que no cree en hombres, no se enamora, es ojo alegre y en tal caso de que le atraiga alguien, serian cinco al mismo tiempo, pero que alguna vez se haya quedado tragada de alguien, no, aunque, solo sucedió una vez hace varios años, y eso no salió tan bien que digamos, desde ahí es como es, le encanta un hombre, no se puede negar, pero no se enamora y no se queda solo con uno.