Capítulo 3

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La euforia del clímax se disipó lentamente, y Winny y Satang, ahora recostados en la cama, tomaron aire con dificultad, sus corazones latiendo al unísono. La experiencia había superado todas las expectativas que Satang había tenido al imaginar este momento. Ganar el corazón de Winny, el chico aparentemente hetero, había resultado ser un viaje inesperado y apasionante.

-No puedo creer que esto haya pasado -dijo Satang, con una sonrisa de incredulidad en su rostro mientras se acomodaba junto a Winny, sintiéndose un poco avergonzado pero deslumbrado a la vez.

Winny giró la cabeza y lo miró, sus ojos aún brillantes con la intensidad del momento. -¿Por qué no lo crees?

-Eres el capitán del equipo de rugby, pareciera que eso te prohibiría experimentar algo así.

Winny puso una expresión seria ante el comentario de Satang. -Soy el capitán del equipo, el rostro de la universidad, tengo que mantener la imagen perfecta; de igual manera no me gustan los chicos, pero no estoy cerrado a experimentar.

Satang se incorporó, sintiendo la incomodidad crecer entre ellos. -¿Y si jugamos a conocernos mejor? -sugirió de repente, su voz más firme; estaba dispuesto a cumplir y arriesgarse. Si algo salía mal, sus amigos estarían para él.

Winny lo miró con curiosidad, su expresión atenta. -¿A qué te refieres?

-Te propongo un juego. Tengo dos días para hacer que te enamores de mí. Si no lo logro... bueno, tal vez podríamos ser amigos.

Winny arqueó una ceja, sintiéndose intrigado. -Bien, dudo que lo logres, pero adelante. Ninguno pierde nada con intentarlo.

-Bien, si logro hacerlo, tendrás que reconocer que te has enamorado de mí. -sonrió Satang, un destello de desafío en sus ojos.

Winny se rió, la tensión entre ellos comenzando a desvanecerse. -Eres audaz, Satang. Estoy dispuesto a aceptar este juego. Pero no será tan sencillo como parece.

-Esto será divertido -dijo Satang, su energía regresando.

La mañana llegó con una luz dorada filtrándose por las ventanas del apartamento de Satang, iluminando el desastre que había dejado la fiesta de la noche anterior

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La mañana llegó con una luz dorada filtrándose por las ventanas del apartamento de Satang, iluminando el desastre que había dejado la fiesta de la noche anterior. Las botellas vacías estaban esparcidas por la sala, los vasos apilados en cualquier lugar y las decoraciones habían sobrevivido a duras penas, algunas colgando de un extremo.

-Espero cumplas con tu parte del juego, Satang -dijo Winny, su voz suave a pesar de la tonada de desvelo.

-Así será, Winny -respondió Satang, sintiéndose repentinamente nervioso. Era increíble cómo un encuentro podía cambiar tanto la perspectiva de alguien. Todo lo que habían compartido lo había dejado deseando más.

72 HORAS PARA ENAMORAR AL CHICO HETERO || WINNYSATANG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora