capitulo 7

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Capítulo 7

Pov Claudine

Habían pasado algunas semanas desde que salí del hospital, pero la sensación de vacío seguía conmigo. No podía volver al escenario de la misma forma, y aunque Maya me apoyaba, no podía evitar sentirme frustrada. Cada vez que la veía practicar, cada movimiento suyo perfecto, me recordaba lo lejos que estaba de ese mundo que tanto amaba.

Me había obligado a tomarme un descanso, aunque la verdad era que me moría de ganas de volver a la academia. No obstante, mi cuerpo ya no me respondía como antes. Los médicos habían sido claros: tenía que cuidarme y no forzarme más allá de mis límites.

—Claudine, ¿cómo te sientes? —preguntó Maya un día, mientras almorzábamos juntas.

La miré, notando la preocupación en sus ojos. Sabía que intentaba no ser demasiado sobreprotectora, pero estaba claro que le costaba. Sabía cuánto le dolía verme así, sin la misma energía que siempre había tenido.

—Mejor... supongo —respondí, jugando con mi comida.

Maya me observó en silencio por unos segundos antes de sonreírme suavemente.

—Podríamos intentar algo diferente —sugirió—. Algo que no implique exponer tu cuerpo tanto, pero que aún te permita estar en el escenario.

La miré, curiosa. Sabía que Maya no iba a rendirse tan fácilmente conmigo.

—¿Qué tienes en mente?

Maya dejó los cubiertos a un lado y me miró directamente, sus ojos llenos de determinación.

—Podríamos dirigir nuestra propia obra. No tendrías que bailar o esforzarte físicamente. Sería más sobre tu visión, tu creatividad. Aún podrías estar en el teatro, pero sin ponerte en peligro.

La idea me tomó por sorpresa. Nunca había considerado dirigir, siempre me había visto como actriz, pero ahora que me lo planteaba, no sonaba tan mal. Podría seguir conectada con el arte, sin tener que renunciar a todo lo que me importaba.

—¿Y tú estarías conmigo en esto? —le pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

Maya sonrió, asintiendo con firmeza.

—Siempre estaré contigo, Claudine. No importa qué camino tomes, estaré a tu lado.

Esa promesa, tan simple y sincera, me hizo sentir un calor en el pecho que no había sentido en mucho tiempo. Por primera vez desde mi desmayo, me sentí esperanzada. Tal vez, solo tal vez, podría encontrar una nueva forma de vivir mi pasión sin poner en riesgo mi salud.

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Pov Maya

Proponerle a Claudine que dirigiéramos juntas era algo que había estado considerando durante días. Sabía cuánto significaba para ella estar en el escenario, y aunque su salud estaba en juego, no podía permitir que se rindiera por completo. Claudine era demasiado talentosa como para alejarse del teatro.

Durante la semana siguiente, comenzamos a planificar nuestra primera obra. Era emocionante verla hablar con tanta pasión de nuevo, aunque esta vez desde una nueva perspectiva. Claudine tenía un ojo impecable para los detalles, y a medida que discutíamos ideas y conceptos, podía ver cómo poco a poco recuperaba su entusiasmo.

Un día, mientras revisábamos el guion, Claudine me miró con una sonrisa enigmática.

—¿Sabes? Nunca pensé que estaría haciendo esto contigo —dijo—. Siempre pensé que nuestra rivalidad sería lo que nos definiría, pero ahora... esto se siente correcto.

Sentí un calor en mi rostro ante sus palabras. Claudine siempre había sido directa, pero escucharla admitir algo así era raro.

—Bueno, supongo que las rivalidades también pueden convertirse en algo más —le respondí, intentando mantener la compostura.

Claudine se rió suavemente y dejó el guion a un lado. Se acercó a mí, sus ojos dorados fijos en los míos.

—Maya, no sé qué hubiera hecho sin ti en todo esto. No solo por el teatro, sino por estar aquí... conmigo.

Su tono era sincero, vulnerable de una manera que pocas veces mostraba. Y antes de que pudiera procesarlo, sentí sus labios sobre los míos, suaves y seguros. Fue un beso que no esperaba, pero al mismo tiempo, uno que sentí que había estado esperando durante mucho tiempo.

Cuando se separó, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, pero me miraba con determinación, como si ya no quisiera ocultar más sus sentimientos.

—Te amo, Maya —dijo finalmente, su voz apenas un susurro.

Mi corazón dio un vuelco, y por un momento, no supe qué decir. Pero la verdad era que yo también había estado reprimiendo mis propios sentimientos durante demasiado tiempo.

—Yo también te amo, Claudine —respondí, tomando su mano y entrelazando mis dedos con los suyos.

Y en ese momento, supe que no importaba qué desafíos nos esperaran en el futuro. Estábamos juntas en esto, y eso era lo único que importaba.

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Pov Narradora

A medida que Claudine y Maya avanzaban en su nueva aventura juntas, tanto en el teatro como en su relación, una cosa quedó clara: aunque el destino les había puesto obstáculos, su amor y su pasión por el arte las mantendrían unidas. Lo que una vez fue una rivalidad feroz, se había transformado en una alianza inquebrantable, tanto dentro como fuera del escenario.

Y con cada nuevo día, Claudine y Maya se enfrentaban a su futuro, no con miedo, sino con la certeza de que, mientras estuvieran juntas, podrían superar cualquier cosa.

siempre (kuromaya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora