D3・Feliz Cumpleaños

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La noche era fría y pese a que era un día importante la realidad era que estaba realmente hastiado, gente que nunca en su vida había visto se acercaba a el para saludarlo y felicitarlo, abrazándolo como si fuesen realmente cercanos.
“Hipócritas” pensaba cada que alguien se le acercaba, sin embargo, no podía simplemente alejarse e ignorarlos tan abiertamente, era el hijo y heredero de una gran corporación, podía tenerlos a todos contra las cuerdas y aun con eso, sabía que había una reputación y una imagen que cuidar así que con una sonrisa tan fingida como la de ellos agradecía los halagos y buenos deseos dados por su cumpleaños. Todos ahí eran unos hipócritas, todos, incluido el.

La velada avanzaba y la gente no dejaba de abrumarlo, sin embargo debía irse, era tarde y si no salía ya de ese lugar no podría verlo, pero era importante, no podía perdérselo, lo habían prometido, el estaría ahí solo para él, así que con el mayor sigilo que pudo lograr, se escabullo entre la gente para huir de su propia fiesta.
Bajó las escaleras del gran edificio de forma veloz, pudo haber tomado el elevador, sin embargo, de haberlo hecho lo habrían atrapado de inmediato y eso no era lo que necesitaba, así que decidido a escapar de ahí tomó la salida de emergencia y huyo tan rápido como sus piernas se lo permitieron.
Corrió alrededor de 6 cuadras y cuando consideró que ya estaba lo suficientemente lejos tomó un taxi para llegar a donde lo esperaban.

Aun faltaban unas cuadras para llegar a su destino, y aun con ello pudo reconocer la voz que hacía eco en la calle y sus alrededores, era el, su chico favorito.

—Es hermoso, ¿no lo cree?— pregunto Gojo al taxista y este solo le dio la razón aun cuando no estaba seguro de que hablaba.

En menos de los pensado Satoru había llegado a su destino y pagándole del taxista comenzó a correr nuevamente, abriéndose paso entre la multitud que coreaba una canción y gritaba halagos a la banda en turno.

Después de mucho esfuerzo y algunos empujones, el albino finalmente logró llegar al frente y al levantar la mirada se topo de con los ojos que tanto amaba, un par de orbes purpuras que en un principio lo vieron con asombro, pronto brillaron de emoción y amor infinito regalándole una de esas sonrisas que sabia solo le pertenecían a él, una sonrisa real, una cargada de verdadera emoción y amor.
La melodía termino y antes de comenzar con la siguiente Suguru Geto, el vocalista principal y guitarrista secundario tomó el micrófono.

“Esta es especialmente para ti, mi único y real, feliz cumpleaños mi vida”

La multitud grito de emoción y aunque a algunos se les rompió el corazón, a ninguno de los dos podría importarle menos, pues cuando la melodía y la letra comenzaron a sonar todos a su alrededor desaparecieron dejándolos solo a ellos dentro de su propio mundo.

Satoru escuchaba totalmente embelesado aquella canción compuesta solamente para el y con cada segundo que transcurría se sentía cada vez más feliz. No tenia ninguna duda al respecto, aquel hombre que sobre el escenario dejaba su alma en cada nota era el amor de su vida.

La presentación acabo y la banda dejo el escenario para darle paso a otra más. Gojo corrió en dirección a los camerinos encontrándose en el camino con Geto quien también iba a su encuentro. Satoru tan solo tenerlo cerca se abalanzo sobre el plantándole un beso y Suguru lo recibió gustoso abrazando al albino y profundizando aún más su contacto.

—¿Te gusto tu regalo?— cuestiono el pelinegro cuando sus labios se separaron

—Es lo más hermoso que me han dado, gracias Sugur— contesto pegando su frente con la de su novio.
Geto sonrío satisfecho y tomando la mano de su pareja salieron del recinto.

—¿A donde vamos?— pregunto Gojo por simple curiosidad
—Es una sorpresa— respondió Geto extendiéndole un casco a su pareja y cubriéndolo con una chamarra
—Sujétate bien y no me sueltes— dijo una vez ambos estuvieron montados en la moto del pelinegro.

El trayecto no fue largo y pronto ambos se encontraban a las afueras de la ciudad, en la parte mas alta de una colina. Suguru guardo su moto y dejo a Satoru disfrutar del lugar. El albino miraba todo maravillado, la vista desde aquella terraza era sin duda hermosa y aquella edificación apartada y rodeada de vegetación le daba una sensación de paz y tranquilidad inexplicables. Seguía tan ensimismado que no noto a Suguru llegar hasta que este se lo abrazo por la espalda dejando pequeños besos en el cuello del albino, este de inmediato reacciono y volteando para poder estar de frente a su pareja se encontró con una mesita con un pequeño pastel y más aperitivos.
Satoru se quedó perplejo, y separándose de Suguru se acercó a la mesita apreciando cada detalle. Ahí se encontraban sus dulces y postres favoritos, así como sus flores preferidas, cada cosa parecía estar hecha con sumo cuidado y eso enterneció el corazón del albino.

—Se que no es exactamente a lo que estas acostumbrado, pero quería hacer algo para ti con mis propias manos— explico tímidamente el pelinegro, ansioso por la respuesta del otro —Si algo no te agrada dime y…

—No— lo detuvo —Todo es absolutamente perfecto, la canción, las flores, los postres, el pastel, todo es perfecto, tú eres perfecto Suguru, eres perfecto para mi— dijo conteniendo las lágrimas de la emoción.

En sus 23 años, nadie había dedicado tanto tiempo a hacerle algo con verdadero amor, todos lo hacían por compromiso, temor o simple adulación, pero el no, Suguru Geto no lo veía del mismo modo, Suguru Geto lo amaba y se lo demostraba cada día, en cada pequeño detalle, en palabras y acciones también. Suguru lo miraba del mismo modo en que el lo miraba, como su todo, como el ser mas preciado de su existencia.
—Feliz cumpleaños Satoru, el amor de mi vida, mi único y real.

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Flufftober ・SatoSugu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora